miércoles, 4 de octubre de 2017

MIL DIEZ Y OCHO








Leí una frase que me puso en contacto con algo que pensé hace mucho tiempo, cuando supe que existía la poesía.
Es de Ezra Pound y dice así:

La poesía se debería escribir en prosa también.

Lo recuerdo con extrema lucidez, de hecho yo veo poesía en casi todo lo que me rodea, que no tiene nada que ver con versos tridecasílabos, ni tampoco alejandrinos
Mirando con atención, se ve al amor y todo en esta vida es amor si se mira con atención, por lo que que la poesía está en todo lugar.

Si Bécquer fue capaz de sacar la poesía de la palabra, prefiero violar la definición de la Rae y ver poesía en el ruiseñor que me saludó ayer, cantando al atardecer.

Eso no significa que no me emocione leyendo y recitando a Fray Luis de León con quien tanto me identifico, sobre todo en Vida retirada, que es mi libro de cabecera.

Y cuando leo o me recitan La vida es sueño de Calderón, solo con el primer verso.

“Apurar cielos pretendo…”

Me entran escalofríos, sabiendo todo lo que viene después.

Conozco algunos poetas contemporáneos que tal vez no me llegan al alma tanto como los clásicos.
Tanto la poesía como la música clásica están siempre presentes en mi vida.
Escuchar a Chopin y a Mozart, así como leer algunas odas de La vida retirada, es alimento del alma y aclara con suavidad, una mente difusa.

Si me quiero reír acudo a Quevedo y a su soneto satírico “A una nariz…”
Así puedo reírme incluso de mi misma.
Eso es lo mejor de todo.
Encontrar la gracia dentro de mi.
Y la poesía ¡cómo no!










No hay comentarios:

Publicar un comentario