jueves, 5 de octubre de 2017

MIL DIEZ Y NUEVE








Tuve que ir a Bilbao para recoger la rodillera.
Me impresionó.
Parecía Robocop.
Me sujeta tanto la rodilla que me siento más segura.

Me puse tan contenta que fui a ver la exposición de Ángel Bados en Carreras Mújica y me emocioné.
Era algo tan delicado y sutil que me retenía.
Mezclaba materiales que me encantan, cartón, madera y telas de seda estampadas.
Luego algunas grandes, con apropiacionismo de Oteiza  provocando una sensación de pesadez que contrastaba con la ingravidez de las otras, aunque estuvieran en el suelo.
Una belleza.

Luego fui al Guggenheim para ver los Héroes de Baselitz que me defraudaron, eran del 65 y mi Baselitz amado es más tardío.

Tomé un té con pastas en un lugar francés, encantador el que me sentí tan a gusto que volví a las Arenas para recoger a Pizca y volver a Bilbao para cenar en el francés, en donde disfrutamos de lo lindo, yo sobre todo, porque Pizca no quería beber ni casi comer.

Casi todos mis amigos están dejando de beber.
A mi me sigue apeteciendo tomar vino en las comidas y no es que me siente bien del todo, pero lo suficiente como para que me compense.

Sobre todo en el sitio francés, en donde tomamos unos quesos deliciosos y un Bordeaux excelente.
Se me cerraban los ojos para degustarlo mejor.
La temperatura perfecta.
Yo nunca he probado mejores tintos que los de Burdeos.

Cuando vivía allí, me llevaron a hacer el recorrido de los Châteaux y a pesar de mi inexperiencia, disfruté, sobre todo en el Châteaux Lafitte.
Cada vez que recuerdo a Francia me pregunto por qué la vida me ha puesto en Bilbao, sabiendo que mi espíritu conecta con el espíritu francés.
No me lo explico.


Estoy contenta en Getxo, es un lugar agradable al que me he acostumbrado, lo conozco, me conocen y para la vida que yo hago resulta cómodo, no obstante reconozco que solo al pasar la frontera, mi humor se eleva y casi floto como un globo, la alegría me supera.
Al voler a este lado de la muga, se me desinfla un poco el globo, la verdad.
Tal vez para llevar una vida rutinaria es mejor para mi.















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