miércoles, 15 de septiembre de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS NOVENTA Y DOS

 



Mis días están tan ocupados que casi no tengo tiempo ni de pensar en el problema de salud que se me ha presentado, ni falta que hace porque no me queda más remedio que ir dando los pasos que me marcan los doctores, me limito a obedecer, pedir las citas y escribirlas en mi agenda para saber los días y los horarios exactos y que no se me acumulen mis actividades aunque tengo claro que de momento no puedo comprometerme a lo que tenía costumbre antes del verano, Pilates y masaje.

Ayer resultó un día maravilloso con el evento de Prem Rawat en Nueva York, ha tenido tanto éxito que era como si todo el mundo estuviera vibrando al unísono, un paso más en el terreno del conocimiento del ser.

He recibido el libro en digital, parece mentira pero prefiero tenerlo en el iPhone y en el iPad porque así lo puedo leer en una sala de espera o en una terraza , han cambiado mis prioridades.

Por otro lado hoy he tenido una reunión del club de autores en la que, como de costumbre todo o casi todo lo que dice Ana y los demás autores cuando hacen preguntas me parece nuevo, es como si estuviera aprendiendo un idioma que desconozco, espero que me vaya entrando lo que cuentan poco a poco, por lo menos que me suene el vocabulario empleado, es como si hubiera empezado la casa por el tejado, sé escribir un texto pero desconozco todo lo que implica publicar un libro, no importa, aprenderé, no tengo prisa, nada es imposible y como decía santa Teresa de Jesús: La paciencia todo lo alcanza.

Así como a lo largo de mi vida he tratado con muchos artistas plásticos, le verdad es que he conocido a pocos autores de libros, he ido a muy pocas presentaciones y todavía siento que no estoy en mi elemento, ni siquiera sé por donde empezar a hacer preguntas, me siento como un pez fuera del agua, conozco esa sensación y me consta que pronto me sentiré en mi elemento, es cuestión de insistir.



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