lunes, 11 de septiembre de 2017

NOVECIENTOS SEIS








No soy dada a regodearme en los recuerdos, por maravillosos que se presenten con el paso del tiempo.
Prefiero estar atenta a lo que sucede ahora, aquí.
Me produce verdadero placer ser consciente del presente.
A todos los niveles.
Tal vez es uno de los motivos por lo que me siento tan a gusto delante del ordenador.
Todo se hace vigente, es como estar con la vida.

Además de todas las tragedias que sigo con interés, me siento sobre todo muy unida a mis compañeros, seguidores de Prem Rawat que ya están llegando a Australia.
Casi todos los años en esta época suele haber un evento en el campo de cuatro o cinco días, donde disfrutamos de las conferencias de Prem Rawat, mañana y tarde.
Hasta que me rompí la pierna yo iba entusiasmada a pesar del jet lag y de todos los inconvenientes que se derivan de un viaje tan largo y pesado.
Al llegar a Brisbane se me pasaban todos los males, me volvía a enamorar de Australia y a veces hasta me daban ganas de quedarme allí una temporada.
Lo hice una vez y disfruté de lo lindo.

De momento no estoy en condiciones de hacer viajes largos.

Estaré pendiente de lo que cuentan a través de FB y de los videos y audios que pronto se publicarán.

Me consta que me estoy perdiendo algo extraordinario, pero eso mismo me da fuerzas para seguir cuidándome, tal vez con la esperanza de poder volver algún día.

Varios sentimientos se cruzan en mi corazón.

Por un lado las ganas de estar allí, porque he experimentado que es algo sublime.
Y por otro lado, es tan grande el esfuerzo que requiere ir a las antípodas, que agradezco poder estar en mi casita, tan tranquila, con mi rutina cotidiana.


Todo está en su sitio.






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