domingo, 27 de noviembre de 2016

CIENTO NUEVE







¡Que agradables son los fines de semana!
Días tranquilos, sin obligaciones de ningún tipo, con todo el tiempo para dedicarlo a lo que me apetece, leer, escribir, meterme en FB, actualizar mis blogs, enterarme de lo que hacen mis amigos de todas partes del mundo

Uno contempla pájaros en Hawai, saca fotos y las publica.
Me ha hecho gracia, porque hoy hablaba de que incluso las cosas corrientes de cada día pueden tener su encanto y ponía una foto de un pájaro negro con la cabeza roja, precioso y exótico, que para él era como para mi un gorrión y aquí sería difícil ver un pájaro así, tal vez en lo alto de un monte, no lo sé.
En su caso, el pájaro estaba en el jardín de su casa.




Mucha gente habla de Fidel.
La mayoría de mis amigos de FB que son de mi estilo, hablan bien, son capaces de apreciar todo lo bueno que hizo, en vez de fijarse en lo desacertado.


Al principio, cuando me metí en FB, me pasó algo curioso.
A medida que yo iba exponiendo mis ideas cercanas a la izquierda, notaba que me dejaban de seguir los de derechas, de modo que ahora, la mayoría de la gente con la que estoy conectada, piensa como yo en mayor o menor medida y eso me gusta, porque detesto discutir.

Mi familia es muy pepera y cuando vivía mi madre, yo nunca hablaba en las comidas familiares ya que por un lado el respeto a ella me lo impedía y por otro, resulta duro encontrarse sola ante el peligro.
Pero ahora que ella no está, ya he dejado claro que soy podemita y, afortunadamente mis hermanos no ponen el grito en el cielo.
Menos mal, porque yo no sabría explicar por qué pienso de esa manera, es un feeling que no sabría razonar.


Mi hijo el pequeño es marxista teórico y está muy documentado.
A veces me explica cosas que me parecen excesivas y sobre todo imposibles de imponer en la sociedad actual, sería demasiado radical.
Un día me dejó un libro resumido de “El capital” y empecé a leerlo, pero no solo no entendía nada sino que tampoco me interesaba.


Hasta que empecé a ver a Pablo Iglesias en la Sexta, hace ya años, no me incumbía la política ni los políticos, ni les entendía ni me gustaban sus ideas, pero cuando empecé a oír la voz suave de Pablo, tan informado y explicando los asuntos con claridad, me empecé a interesar y ahora, aunque grita más que los demás, ya es demasiado tarde para pensar en otro partido.
También me gustan Íñigo Errejón y Alberto Garzón.
Aprendo con ellos.
A veces veo los videos de la Tuerka y las entrevistas que hace Pablo y poco a poco voy entendiendo algo.

Platón decía que los que no se ocupan de la política, son “idiotas” y yo no quiero ser idiota, así que a mi manera, sin profundizar demasiado, escuchando las tertulias de la radio que me gustan más que las de la televisión, voy sabiendo lo que es más afín a mi.








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