lunes, 22 de marzo de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS SESENTA Y CUATRO

 




Hoy he experimentado la primavera en el campo, al mismo tiempo que se manifestaba en todo su esplendor, los pájaros cantaban, volaban y se posaban en los árboles que ya estaban en plena floración, los corderos balaban con sus pequeñuelos mientras un agricultor cortaba la hierba con una máquina que hacía un ruido que intentaba mezclarse con los otros sonidos sin conseguirlo, nada podía eclipsar la belleza del momento.

Yo intentaba sacar videos y fotos, impresionada por el regalo que se estaba manifestando, al llegar a casa y ver mi trabajo en el ordenador, he comprobado con cierto disgusto que los cables eléctricos lo estropeaban, aún así ha sido una tarde maravillosa, no la esperaba y me ha sorprendido, hacía tiempo que no iba a la zona de caseríos y había olvidado que allí todo sigue su ritmo, reconozco que tengo más tendencia a acercarme al mar, es algo que me enseñaron desde que nací, es un asunto cultural.





1 comentario:

  1. Ayer fue un día precioso, qué contraste entre la benevolencia de la tierra y el espíritu que emana de la civilización. El espíritu anticristo que definió tan sencillamente Juan en su primera epístola: 'que niega al Padre y al Hijo'

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