jueves, 14 de diciembre de 2023

CINCO MIL SETENTA Y TRES

 





Hace tiempo, bastante tiempo, unos treinta años o más, apareció Pizca Rivière en mi casa y me habló de un amigo suyo, pintor, que me impresionó.

Me contó que Zush, así se hacía llamar su amigo, había organizado un mundo propio en el que vivía, al cual le había añadido un alfabeto y diferentes necesidades de las que consta cualquiera de los mundos que nos rodea.

Me gustó tanto todo lo que me contó, que le pedí que, por favor, cuando volviera a estar con Zush, le pidiera permiso para que yo fuera la embajadora de Evrugo, así se llama su mundo, en el país vasco.

Efectivamente, cuando Pizca volvió de Barcelona me contó que le había hablado de mí a Zush y este le había comentado que yo tenía suficiente personalidad como para tener mi propio estado.

Me encantó la idea y me puse a trabajar en el asunto empezando por el alfabeto.

El nombre de mi estado lo creé inmediatamente:

MBLOMSMMSUNAILM

Esas son las letras que corresponden a la iniciales de mis nombres y a los apellidos que recuerdo.

También hice las letras con las que compuse un alfabeto.

Lo mandé enmarcar y lo tenía colgado en mi estudio hasta que hace dos meses, cuando me rompí la muñeca, tuve una pequeña inundación y alguien lo descolgó.

Ahora no me atrevo pedirle a nadie que lo cuelgue porque estaba muy alto y tengo miedo de que haya un accidente.

Mañana, con la luz del día, le sacaré una foto y la publicaré.







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