viernes, 21 de agosto de 2020

CUATRO MIL NOVENTA Y CINCO










Se me ha ocurrido empezar a ver un documental_serie llevado por la famosa periodista de la CNN Christiane Amanpour llamado Sexo y amor en el mundo y me está pareciendo bastante interesante porque a través de cómo se comporta la gente en ese terreno, se accede a comprender la cultura del país, aunque parezca exagerado es un hecho constatado.
El primer capítulo trata de Japón, país que respeto, admiro e incluso por el que me siento influenciada ya que me interesa mucho la manera minimalista de vivir, así como la forma de relacionarse, la arquitectura, la educación, los cuartos de baño, los grabados eróticos de la era Samurai, la comida y muchas otras cosas que desconozco porque solo he estado una vez en ese país hace mucho tiempo por lo que no me atrevería a decir que lo conozco, aunque sí reconozco que me resulta interesante.
Además mi hijo Mattin que ha dado varios conciertos allí me ha contado cosas que me han sorprendido y que no sería capaz de escribirlas en mi diario, me daría vergüenza.
Los japoneses tienen maneras de ocupar su tiempo que a los occidentales nos pueden parecer raras.
El segundo capítulo trata de India, empezando por Delhi, en donde he estado muchas veces y siempre me he sentido a gusto, lo conozco y sé cómo comportarme, incluso llegué a pensar en vivir allí una temporada, me compré un método para aprender hindi y fui a la universidad para indagar sobre las posibilidades de tomar clases allí.
Considero imprescindible hablar el idioma para vivir en un lugar, creo que solo a través de la lengua se pude acceder a la cultura del país aún en India, a pesar de que la mayoría de la gente de cierta educación habla inglés sin problemas.
Pues bien, el cambio de Tokio a Delhi me ha impresionado tanto que he preferido dejarlo al cabo de un rato y volver en otro momento, no quiero perder el feeling que me ha dejado Japón.









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