miércoles, 27 de diciembre de 2017

MIL NOVENTA Y SIETE









En nuestra familia, me refiero a la formada por mis propios hijos, Lisa y Odita, cada uno tiene una manera de pensar diferente, tanto en el tema religioso como en el político y el artístico.
En general, Beatriz es la más sabihonda, debido a que estudió Ciencias Exactas magna cum laude.
Suele tener la voz cantante.

En política hay diversas ideologías y aunque mi hijo el pequeño estudió a Marx en profundidad, solo yo le escucho, más que nada porque aunque no soy comunista, estoy más cerca de la izquierda.

En cuanto a deportes, Beatriz y Jaime son, sin lugar a dudas, los reyes del mambo, ya que ambos son profesionales de golf y buenos surfistas, además de estar en plena forma para patinar, andar en bici, correr y hacer lo que haga falta.

Respecto a los idiomas, yo me salvo, porque soy la única que habla francés.
También hablo inglés, pero eso se da por hecho.
Todos han estudiado sus carreras en países anglosajones. 
Beatriz y Jaime también hablan alemán.
El pequeño, además de inglés y alemán, habla sueco.
Lisa, su mujer, habla sueco, inglés y español.
Mattin habla en sueco con Lisa y en español con Odita.
Odita habla sueco con su madre, español con su padre y alemán en el colegio.
Pronto empezará con el inglés.

Yo estudio alemán con Duolingo, que es un programa gratuito de internet.
Solo cinco minutos al día.
No tengo ganas de esforzarme demasiado, pero quisiera que me resulte familiar, porque supongo que en algún momento me apetecerá ir a Berlín para visitar a los suecos, que es como llamamos a esa familia.

Damos mucha importancia a los idiomas, tanto nosotros como en las familias que han formado mis hermanos y sus hijos, aunque el sueco es nuestro privilegio.
Nunca me he interesado en aprenderlo.
Cuando Lisa todavía no hablaba español, todos hablábamos en inglés.
Ella hizo un gran esfuerzo para aprender español, yendo a una academia de Bilbao, muchas horas diarias en unos días que se suponía eran de vacaciones.
También tengo la sensación de que tiene facilidad para los idiomas.

Respecto al arte, existe una separación abismal, ya que Beatriz y Jaime no están interesados en absoluto, mientras que Mattin, Odita y yo somos artistas y Lisa es una importante comisaria de arte que trabaja para el gobierno de Suecia.
Eso significa que siempre tenemos algo de lo que hablar y todas las opiniones resultan interesantes.

Total que sin proponérmelo, de repente me doy cuenta de que soy la cabeza de una familia encantadora, que solo me da motivos de alegría.

¿Quien me lo iba a decir a mi, que rara vez hago proyectos de futuro?

Parece que las familias se hacen solas.

Es un misterio.








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