miércoles, 20 de enero de 2016

Capítulo 38_Mónica ordena sus ideas













A medida que avanzaba en el libro de Anna Karénina, Mónica se veía reflejada en cierta manera y a pesar de que el deseo de estar con Gari era fuerte, lo intentaba dominar ayudada por lo que iba aprendiendo.
No es que dejara de pensar en él, ni que hubiera tomado la decisión de negarse a lo que fuera pertinente, sino que se alegraba de que todavía las cosas estuvieran en un punto muerto.
No se sentía capacitada para tomar decisiones, que aunque en un principio parezcan intranscendentes, pueden convertirse en vendavales que arrasan todo lo que encuentran a su paso.
Arriesgarse a perder lo que tenía, no entraba en sus planes.
Lo malo del caso es que el amor entre un hombre y una mujer es difícil de controlar.
Ella no estaba de verdad enamorada de Gari.
Para ella Gari era un chaval atractivo que por casualidad, había caído cerca de ella en un momento en que estaba aburrida y gracias a la chispa que nació entre los dos, recobró el entusiasmo por la vida.
No veía a Gari como un hombre hecho y derecho con quien embarcarse en una aventura vital.
La verdad desnuda, es que lo único que necesitaba para quitárselo del pensamiento, era acostarse con él.
Estaba segura de que si conseguía que él le propusiese ir a su casa a tomar el té a las cinco de la tarde, podrían echar una siesta memorable y dejaría de estar obsesionada con él, aunque no parece que fuera eso precisamente lo que le pasó a Anna Karénina.
Se ofuscaba.
Consideraba que se daba demasiada importancia a toda la organización doméstica y familiar.
Pensaba en Carlota, que sin terceras personas en juego, simplemente porque consideraba que no tenía por qué ser un poco sumisa, no dudó en echar al garete la relación con su marido, coger sus bártulos e instalarse por su cuenta, con bastantes dificultades al principio, porque no se sintió ni apoyada ni comprendida.
Ella no quería pasar por algo así.
Por nada del mundo y mucho menos por ese mequetrefe que jugaba con ella.
Estaba aturdida.
La biodescodificación desparasitaba las barreras mentales adheridas a su ADN y le hacían sentirse limpia de culpas, pero hay una gran distancia entre ver la poco importancia que tienen las convenciones sociales, a no estar atrapada en ellas.
Salir de esa tela de araña que en un pueblo de provincias como Getxo que sigue teniendo tanta fuerza como en San Petersburgo en la época de Anna Karénina, o por lo menos así lo sentía Mónica Menchatorre, era impensable.

Además,
¿Para qué molestarme en pensar en estas cosas cuando ni siquiera hemos hablado de amor?
Lo único que guardo en mi corazón es aquello que me dijo el primer día que me llevó a su piso cuando estaba vacío.

Pensaba Mónica, queriendo gestionar sus emociones.
No tenía práctica en esta tarea y no es algo que se improvise.
Así andaba, dando vueltas en su estudio, cuando llamaron al timbre.
Abrió la puerta sin tener ni idea de quien podría ser a esas horas de la mañana y apareció ante sus ojos un inmenso ramo de rosas rojas.
Le dijo al chico que lo dejara encima de la mesa, le dio una propina y cuando se quedó sola, abrió la tarjeta alborotada y grande fue su decepción al ver la letra de su marido, felicitándole por el aniversario de su matrimonio y proponiéndole ir a come al Azurmendi (1).
Recordó que habían comentado algo pero no le dio importancia y ahora, se daba cuenta de que lo que en un principio le hubiera apetecido, perdía interés al tener que ir con Alonso.
Sin embargo, enseguida dio la vuelta al chasco que se había llevado y le pareció un plancito muy agradable.
Ir al Azurmendi no es solo ir a comer a un buen restaurante, es una experiencia en la que se puede aprender.
Único en Vizcaya con tres estrellas Michelin, Eneko Acha ha creado en plena naturaleza un complejo arquitectónico, distinguido como el restaurante más sostenible del mundo en 2014.
Todo en Azurmendi roza la excelencia.
Solo con pensar en el planazo que la esperaba, se alegró.
En el fondo, para disfrutar de algo que ella consideraba íntimo y especial, mucho mejor hacerlo con Alonso con quien tenía confianza y no necesitaba estar pendiente de la conversación ni hacerse la simpática.
Se limitaría a disfrutar del placer de los sentidos.
En el fondo Mónica era una persona que amaba la vida con toda su alma pero no sabía por donde cogerla.





1_2015 es un año de reconocimientos para Azurmendi. La revista Elite Traveller, le ha distinguido como el tercer mejor restaurante del mundo y Opinionated About Dining, como el mejor restaurante de Europa.

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