sábado, 2 de enero de 2016

Capítulo 26_Barbacoa en Arminza










Amaneció un domingo espléndido y Mónica se sentía en la gloria.
La conversación con Carlota le había disipado sus dudas y solo pensaba en el plan que le esperaba.
Tenía la cabeza despejada y el ánimo exaltado.
La biodescodificación despertaba su entusiasmo.
No sabía exactamente lo que sentía, pero estaba segura de estar más viva que nunca.
Se vistió con ilusión, se miró en el espejo de su armario y se dio el visto bueno.
A la una en punto bajó a la calle y allí estaba Carlota, como un reloj.
Se alegraron al verse mutuamente, conscientes de que la amistad es un gran tesoro en todas las circunstancias.
El coche de Carlota era un descapotable que le regaló su marido cuando accedió a casarse, más que nada porque le hacía ilusión a él, ya que Carlota detestaba quitarle la capota.
La verdad es que es raro que a una mujer le guste ir en un coche descapotable cuando está arreglada y bien peinada.
Tal vez para ir a la playa o algo por el estilo, pero en general, las mujeres prefieren un coche cerrado con aire acondicionado.
Al llegar a Arminza encontraron a Marlène, que ya tenía todo preparado esperando a que llegaran los pescadores.
Marlène les dijo que se alegraba de que tuvieran un ratito para charlar ellas solas, porque quería contarles algo que por el momento no deseaba que se hiciera público.
Se sentaron debajo de una encina centenaria, de la que contaban había llegado a proteger y dar sombra a grandes rebaños de ovejas.
Pues bien, cuando ya estaban instaladas, Marlène les confesó, contenta y misteriosa, que estaba embarazada.
Había sido una decisión que ella y Beñat habían tomado de acuerdo, ya que echaban en falta compartir el caserío y la maravillosa vida que habían conseguido.
Necesitaban descendientes, uno por lo menos.
Carlota y Mónica se quedaron de piedra.
Habían hablado tantas veces de ese tema, todos de acuerdo en que no están los tiempos para traer niños a este mundo y de que es imposible para la mujer ocuparse de los niños, si quiere hacer carrera en el mundo de los negocios y demás argumentos, que no daban crédito a lo que estaban oyendo.
Le preguntaron a ver que tal se encontraba y cosas por el estilo y antes de que llegaran los que venían del agua, le dieron la enhorabuena.
En cualquier caso, Marlène estaba muy tranquila y como no tenían permiso para hablar del tema con los demás, cambiaron la conversación y se centraron en el pulpo gigante que había pescado Jaime, en su primera inmersión en el Cantábrico.
Había buceado en el Índico, en el Caribe y en los mares del Sur, pero nunca en el Cantábrico, así que la sorpresa de enganchar un pulpo, fue el tema del día.
Beñat no tuvo problemas para asarlo en las brasas de la barbacoa y hay que reconocer que estaba delicioso.
No hay nada mejor en este mundo que un pez recién pescado, 
Es un verdadero manjar.
Mónica observó con deleite que todo lo que le había contado Carlota sobre los Artiach era verdad.
Se les veía contentos, independientes y nada apegados a los que ella había creído eran sus parejas.
Se notaba que Jaime y Carlota tenían mucha confianza y también se veía que Beatriz y Gari no tenían nada en común, en cuanto el tema se salía de los deportes.
Gari estaba encantador con Mónica, pero ésta no las tenía todas consigo.
Tenía la sensación de que le daba una de cal y otra de arena.
Conocía ese juego.
Antes de casarse había tenido algunas relaciones de ese estilo, que no le dejaron buen recuerdo.
Precisamente, fue todo lo contrario lo que encontró en Alonso y lo que le ayudó a confiar en él.
A pesar de darse cuenta de que de Gari pretendía jugar con ella para tenerla encandilada, la verdad es que lo conseguía.
Le parecía más atractivo que nunca y solo tenía ojos para él.
Contaba con mucha gracia el susto que se había llevado Jaime, cuando el pulpo se enganchó en el arpón y cómo Beñat, tuvo que ayudarle a cogerlo del modo correcto, para que no le atrapara con sus tentáculos.
Todos se reían y el ambiente resultaba festivo.
Eran jóvenes, guapos, sanos, sin problemas ¿qué más podían pedir a la vida?
Gari miraba  a Mónica y notó en ella algo nuevo.
Una fuerza que desconocía.
Gari era muy perspicaz y sabía, o creía que sabía, cuando podía jugar con una mujer de la que se encaprichaba.
Es lo que creyó ver en Mónica cuando la conoció en Bermeo, pero la mujer que hoy tenía delante era diferente.
Sabía lo que quería y se respetaba a si misma.
No tenía ni idea de que estaba haciendo la biodescodificación y ni siquiera sabía lo que era.
Pero algo en él le decía que Mónica no estaba para bromas.
Siguió diciendo cosas simpáticas, pero por dentro notó una especie de agujero en el estómago, al que tenía que prestar atención.

Me parece que este asunto es más serio de lo que suponía.

Se dijo a si mismo.

En cuanto llegue a casa pensaré algo, quizás tenga que hablar con Beñat ,aunque ya sé que él va a insistir en que es una mujer casada y que no debo meterme en terrenos pantanosos.

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