viernes, 1 de enero de 2016

Capítulo 25_Jaime y Beatriz conversan










Jaime ya estaba preparando su viaje a Bali.
Acababa de publicar su tercer libro La bruja y el vidente, que estaba teniendo bastante más éxito que los anteriores, lo que le animaba a seguir escribiendo a pesar de que le suponía mucho esfuerzo.
Las pocas temporadas que pasaba en Bilbao descartaba la idea de escribir, porque las tentaciones de salir eran tantas y tan apetecibles que prefería aprovecharlas .
En Mallorca donde trabajaba como maestro de golf, disfrutaba de una tranquilidad ideal para sumergirse en sus escritos.
También pensaba que podría escribir en Bali, ya vería como se presentaban las cosas, allí todo era improvisado.
En Bilbao estaba encantado mientras hiciera buen tiempo.
Jaime no soporta el frío.
Cuando era pequeño, le llevaron de excursión a pasar un día en la nieve con el colegio y como era tan suyo, no quiso hacer caso a su madre que le insistía para que se abrigarse más de lo normal.
Hizo su santa voluntad y pasó un día espantoso, volvió a casa enfermo y desde entonces detesta el frío.
Su vida sigue los pasos del calor.
Mallorca, Bali, Bilbao, dependiendo de las estaciones.
Además en Bilbao vive con su madre y su hermana.
Se siente muy querido y respetado.
Su madre es escritora por lo que tienen mucho en común, aunque la idea de Jaime respecto a la literatura es diferente a la de su madre.
Jaime escribe para gente que nunca haya leído un libro.
Su propósito es entretener, que no se aburran y que les apetezca leer otro.
De hecho, ha conseguido que varias personas estén empezando a coger gusto a la lectura a través de sus libros.
Los publica en Amazon en formato digital.
Jaime tiene muy claro lo que desea en la vida.
Coger olas.
Jugar al golf y mantener su handicap, que es cero.
Viajar.
Leer y escribir.
No comprometerse con ninguna mujer.
No tener hijos.
En mayor o menor medida, estas son sus coordenadas.
Su amiga del alma es su hermana Beatriz que está en una línea diferente, aunque el amor que se profesan y los deportes, les unen tanto que se borra todo lo demás.
Beatriz está encantada en Getxo.
A veces hace viajecitos pero procura moverse poco.
Su vida está basada en la disciplina:
Gimnasio a las ocho de la mañana, profesora de golf en la escuela de Calles en Derio, no demasiadas clases, coger olas excepto cuando el frío es excesivo, jugar al golf, mucho cine, muchos amigos y disfrutar de una vida con muy pocas responsabilidades.
A veces le pregunta a su hermano:

¿Para qué quieres tantas tablas de surf?

A lo que Jaime casi no sabe que contestar.

Te gusta la cantidad en vez de la calidad.
Acumulas libros, palos de golf, tablas de surf, ropa, toallas, sales con millones de mujeres.
¿Para que tienes tantas maletas?
¿No te das cuenta de que te sobran más de la mitad de las cosas que tienes?

Jaime balbucea algunas explicaciones que no le convencen ni a él mismo.

Siempre anda de la ceca a la meca intentando poner orden en todo lo que tiene y en vez de deshacerse de lo que no le interesa, se compra nuevos gadgets.
Beatriz es más comedida.
Tiene lo que necesita y no se rompe la cabeza.
Hizo la carrera de Ciencias Exactas en la universidad de Freso, California, y terminó con Summa Cum Laude.
Tenía tanta facilidad para las matemáticas, que los profesores le instaron a seguir en esa línea de estudio, donde se le abrían las puertas en América, pero ella terminó lo que se había prometido y volvió a Madrid, en donde ya le esperaba un trabajo estupendo.
Pasó así algunos años en los que no acababa de encontrar lo que quería, hasta que su hermano, un día la llamó y le dijo:

Beatriz, vete a Alemania, aprende alemán y dedícate a dar clases de golf en alemán aquí en Mallorca, que vas a estar encantada.

No lo dudó.
Dejó lo que estaba haciendo, se metió en su coche y llegó a Hamburgo.
Pasó allí unos meses tomando cases intensivas de alemán.
Cuando notó que ya podía defenderse en ese idioma, se examinó para ser profesora de golf y lo consiguió.
Inmediatamente le contrataron en Mallorca para dar clases en un club de golf.
Pronto tuvo la suerte de que empezaron a abrir varias escuelas de golf en Vizcaya, por lo que las oportunidades de trabajar eran mayores y para ella, vivir en Getxo es fundamental.
Excepto cuando vivió en California, en que realmente se integró a la vida americana, siempre le había gustado Getxo, donde tiene todo lo que le interesa, su familia, su gente y su casa.
Así que desde que trabaja en Derio, ni se le ha pasado por el magín cambiar nada de lo que tiene.

Le gusta su vida tal como es.

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