miércoles, 6 de enero de 2016

Capitulo 28_Aperitivo en “El Puertito”











Gari comentó que le apetecería invitar a las chicas a tomar unas ostras en ”El Puertito” de la calle Ledesma que es peatonal.
Allí se dirigieron, comentando el éxito de la exposición de Morquillas.
Lo que no sabía Mónica, es que Alonso se había presentado en Concepto al día siguiente de la inauguración y había comprado un collage en secreto, para regalárselo por su cumpleaños.

Mónica tenía dificultades para andar con sus taconazos así que se enganchó al brazo de Gari, que no opuso resistencia.
Carlota le agarro del otro y los tres hicieron una entrada triunfal donde todas las terrazas estaban a rebosar de gente, que les miraba como si fueran famosos lo cual no era de extrañar, puesto que formaban un trío espectacular, tan guapos y contentos que daba gusto verles.
Gari acomodó a Mónica y Carlota en una mesita y entró en el bar para ocuparse de las ostras.
La persona que abría las ostras era un entendido y Gari también, así que tuvieron una larga conversación sobre las cien variedades de ostras que existen en el mundo.
En Francia, centro del mercado de este molusco, se consumen dos especies: planas u hondas, pequeñas o grandes, terminadas de criar o no, pero siempre de la máxima calidad.
Mientras hablaban sobre las diferentes clases de ostras, Gari pidió que llevaran una botella de verdejo bien frío a la mesa de las chicas y que no se olvidaran de la cubitera.
El especialista le convenció para que probara las Edulis o planas, que en España son las gallegas, famosas en la zona de Arcada, en la desembocadura del río Verdugo.
Gari quiso probar también las ostras cóncavas. 
La más extendida es la Cassostrea Gigas, una raza traída del Pacífico asiático que es la más consumida en Francia.
De momento una docena de cada clase y luego ya decidirían.
Al llegar a la mesa encontró que Mónica y Carlota casi habían terminado la botella de vino blanco y se reían a carcajadas.
Al empezar a comer las ostras se tranquilizaron, pero no fueron capaces de distinguirlas.
Gari decidió que le gustaban más las gallegas, por lo que pidió otra docena.
Al terminar la cata de ostras, todos estaban cansados y Gari propuso ir a su casa para descansar.
Accedieron.
Nada más llegar, se tumbaron en el sofá y Mónica y Carlota se quedaron dormidas.
Gari recibió una llamada de teléfono y tuvo que marcharse.
Dejó una nota diciendo que se quedaran todo el tiempo que hiciera falta, que él tenía que hacer algo urgente.
Cuando se despertaron y vieron que Gari no estaba, pensaron que lo mejor era ir al cine.
Sabían que Youth, la película de Sorrentino en la que trabaja Michael Caine, tenía muy buena crítica así que sin dudarlo, se fueron a los Multis que era el preferido de ambas ya que casi siempre ponían buenas pelis, a veces incluso en versión original.
La película no solo les gustó, sino que también les distrajo del día tan raro que habían pasado.
Mónica se daba cuenta de que se historia con Gari, si es que existía, parecía abocada al fracaso.
Por hache por b, siempre había algún obstáculo que se interponía entre ellos cuando todo aparentaba ir viento en popa.
No obstante a Mónica le gustaba Gari y a Gari le gustaba Mónica.
Eso era una hecho.
Llegado el momento actual en el que ambos eran conscientes de la situación, lo único que faltaba era romper el hielo.
Pronto sería el cumpleaños de Mónica y tenía la intención de hacer una fiesta.
Le daba un poco de vergüenza que Gari viera su casa, ya que estaba decorada con un estilo muy convencional, poco acorde con los tiempos que corren.
La moqueta y las tapicerías eran de Gastón y Daniela y había ido comprando los muebles en el mercado de las Pulgas de París, donde un amigo suyo, experto en antigüedades, tenía un puesto.
No se puede negar que era bonita y acogedora, pero la verdad es que no tenía sentido que un matrimonio joven viviera hoy en día en una casa tan aparatosa.
Hacía años que Mónica no prestaba atención a la casa, mas desde que Carlota puso la galería de arte y sobre todo cuando fue a Ikea con Gari, se empezó a dar cuenta de que estaba anticuada y que no le quedaba más remedio que modernizarla.
Ya no le daba tiempo para hacer demasiado cambios antes de la fiesta, pero por lo menos quitó todos los marcos de plata con las fotos de su boda y de los viajes.
También retiró todo lo que no consideraba necesario, para que diera sensación de vacío y lo consiguió.
El resultado de la combinación de los muebles antiguos muy bien conservados, con los cuadros de arte contemporáneo adquiridos en Concepto, fue extraordinario.
Cuando contempló el salón de su casa con esa nueva sensación de cierto minimalismo, se animó y siguió haciendo pequeños cambios.
Llamó a Almudena Gandarias para que junto a su socia Itziar Azaola se ocuparan de servir el cóctel.
Sin lugar a dudas, eran las mejores.
Tenían mucha experiencia y no estaba segura de que aceptaran trabajar en una fiesta privada de poca gente, porque había oído que servían los cócteles del Gobierno Vasco y sitios por el estilo, pero tuvo la suerte de que dijeron que si.
Para ellas eso no significaba gran cosa y lo harían con mucho gusto.
Lo único que le faltaba era hacer la lista de invitados y comentarlo con Alonso para ver si tenía algún compromiso con la gente de Iberdrola.
Se sentía ilusionada y eso le daba fuerza para pensar en todo lo que se necesita para organizar una fiesta, en la que ya de antemano sabía que no avanzaría en su relación con Gari, pero por lo menos estaba segura de que durante unas horas iba a estar en su propia casa.
También tenía que pensar en lo que se iba a poner.
Llamaría a Carlota para ir juntas a Persuade.
Su fiesta lo merecía.

La vida se presentaba maravillosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario