miércoles, 18 de noviembre de 2020

CUATRO MIL CIENTO SETENTA Y UNO

 




He pasado unos días maravillosos con Mattin, es una persona muy especial, sensible, creativo, culto, agradecido y con quien he compartido momentos muy especiales de mi vida, no olvidemos que me quedé embarazada cuando se murió Carlos y enseguida me separé, por lo que le tuve estando yo solita, ya que su padre se había ido a casa de su madre con a mis otros hijos y pasé sola siete meses. 
Beatriz y Jaime volvieron a casa en cuanto nació el niño, casi hicieron de padres, era nuestro juguete preferido, no obstante ellos pronto se fueron a California para hacer sus estudios y yo me quedé unos cuantos años viviendo mano a mano con Mattin, mimándole todo lo que pude.
A juzgar por lo bien que se comporta y la madurez que demuestra, le sentó muy bien tenerme enterita para él.
Ha sido precioso vivir con él todos los años que pude hasta que se fue a Londres a estudiar Bellas Artes, mientras yo vivía en Los Ángeles, allí conoció a Lisa y fueron a Suecia donde nació la niña y más tarde se instalaron en Berlín que era la ilusión de su vida, ya que es la ciudad europea en donde el arte y los artistas están más considerados.
Todos los artistas que conozco intentan vivir allí, incluso el artista chino Ai Weiwei se exiló en Berlín en 2015, hasta que  hace unos meses, disgustado por un comentario racista que hizo un taxista alemán, decidió marcharse, creo que a París.
Mattin está feliz en Berlín, así como Lisa y Odita, que va al Waldorf Schule, uno de los colegios más avanzados en donde la prioridad consiste en hacer niños felices. 
Han formado una familia políglota, los padres hablan sueco entre ellos, así como Lisa con su hija, no obstante con Mattin habla siempre en castellano aunque a estas alturas de la vida, ya tiene diez años, su primera lengua es el alemán, 
Mattin trabaja en inglés, me refiero a las conferencias, los libros que escribe, los semanarios y los iPods que publica con diversos artistas.
Odita, además de inglés, también aprende ruso en su colegio, más que por el idioma en sí, porque consideran que les viene bien a los niños, por asuntos relacionados con el trabajo del cerebro. 
Mattin ha puesto mucho interés en el alemán que ha llegado a dominarlo, porque está muy interesado en los filósofos alemanes.
Ayer terminó su estancia en el país de los vascos, con un concierto en el que se terminaron las entradas y por la noche contrató un taxi para que viera a buscarle a las 4:40 am.
Así es la vida de un artista internacional.








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