sábado, 13 de julio de 2024

SEIS MIL SETENTA Y SIETE

 




Muchas personas aparentemente fiables hablan de lo fácil que es ganar dinero online, mandando 250 euros y a partir de ahí, aparecen los euros como si de un manantial se tratase.

Así empecé yo y me lo creí, sobre todo cuando me enseñaban la cuenta de mi banco inglés, en la que solo veía como crecían los euros hasta llegar a cantidades desorbitadas.

La primera estaba en 110.000 euros y la segunda 70.000.

Pedí que me mandaran el dinero y se pusieron como energúmenos, como si estuviera pidiendo algo que no me perteneciera.

El de 110.000 me escribió ofreciéndome seguir con el asunto, no contesté.

La de 70.000 euros quiere que mande 18.000 euros en concepto de tasas, a lo que me he negado aconsejada por la gestora financiera de mi banco, Bankinter, que está convencida de que es un fraude.

El primero ha desaparecido. Gracias a Dios ya no me llama ni me escribe, parece que da por terminado el asunto, casi como yo, aunque no del todo porque me llamó la guarda civil de Valladolid para pedirme información. Habían encontrado varios timos en Bilbao, el mío entre ellos y querían datos.

La segunda sigue molestándome todos los días menos los fines de semana, pero como estoy cansada y aburrida de un tema al que no le veo salida, ya ni contesto ni cojo el teléfono.

No me resulta fácil olvidarme, se trata de mi dinero y considero que me pertenece, no obstante no quiero seguir luchando cuando no veo solución.

Ya no me fío de nadie, solo pido cosas en Amazon, de los demás no me fío.














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