domingo, 30 de julio de 2023

CUATRO MIL NOVECIENTOS SESENTA Y SEÍS

 




Estoy entusiasmada, he visto vía streaming la conferencia de Prem Rawat en Brighton y me ha puesto de muy buen humor, he pasado cuarenta y siete años de mi vida viajando por todo el planeta para poder asistir a sus eventos, gastando un dinero que no tenía y cansándome muchísimo, me agota viajar.

Ahora no puedo viajar debido a mi estado físico y agradezco que la tecnología me ayude a estar en contacto con Prem Rawat, incluso más que antes, sin preocuparme de nada, solo de estar pendiente de la hora convenida, lo agradezco en el alma.

Ayer fui a comer con mi hijo pequeño, su pareja y su hija al restaurante de Barrika, el Itxas Gane, que tiene un pescado excepcional, siempre salvaje y muy bien cocinado, solo tiene un problema que para mi resulta insalvable y es que los sábados, domingos y festivos está lleno de gente que habla muy alto y eso me agota, llegué a casa y me metí en la cama donde pasé toda la tarde, disfrutando de la lectura y de la radio.

Estoy leyendo el que creo que es el último libro de Michel Houellebecq, "Algunos meses de mi vida" que  es el escritor que más me gusta de los actuales. Perdón, no es su último libro, me había equivocado, el último es Anéantir, no sé si lo habrán traducido al castellano, me da igual, hablo y leo en francés.

Luego, en la cadena Ser, escuché un programa sobre Stefan Sweig que me entusiasma y de quien creo que he leído todos sus magníficos libros y cuando ya estaba Más que contenta, hicieron un programa sobre mujeres artistas jóvenes que están encontrando trabajos con los que mantenerse dentro de la creatividad.

Poetas que recitan en bares y centros culturales, pintoras que hartas de exponer y no vender, se hacen productoras de cine y asuntos relacionados con las artes plásticas que hasta ahora estaban en manos de los hombres.

Eso me pasó a mí cuando era pintora, me cansé de exponer, es muy trabajoso, para mí era lo peor del mundo que me había creado. incluso en las temporadas que vendía bastante, me agotaba, siempre cargando con cuadros, pagando los marcos, encargando los catálogos y todo lo que requiere la vida del pintor.

Cuando me rompí la pierna y pasé a la escritura, me consideré más feliz, escribir me encanta aunque también tiene el trabajo de publicar y vender, la verdad es que no he acertado con ninguna de las dos profesiones que he tenido, ya no me da tiempo de cambiar, soy mayor y no estoy en plena forma.

En Instagram ofrecen muchas maneras para ganar dinero sin hacer gran cosa pero no tengo a nadie que me aconseje, necesitaría charlar con alguna persona que me ayude a separar el trigo de la paja, además de que ser influencer está descartado, no es mi cup of tea como dicen los ingleses.

De momento sigo con la escritura, la cual se reduce a actualizar este blog basado en mi propia autobiografía, lo cual me mantiene alerta, pero me gustaría empezar un libro de autoficción que es lo que domino.

Todo se andará, me veo más suelta que hace unas semanas.





No hay comentarios:

Publicar un comentario