Me cuenta una amiga que su marido está distante.
Pienso y recuerdo que cuando yo estaba casada, muy enamorada, también notaba que mi marido estaba distante e intentaba que eso no me afectara pero cuando la distancia se hizo larga, empecé a perder la confianza y a distanciarme yo también, tenía la sensación de que él no tenía intención de cambiar, de que no daba demasiado importancia a nuestra relación que yo consideraba prioritaria, él la daba por garantizada, ¡qué poco me conocía! así que poco a poco yo también busqué otras distracciones con la intención de no estar tan pendiente de una persona que no mostraba demasiado interés en mí y poco a poco lo fui consiguiendo hasta que llegó un momento en que dejó de interesarme, es más, le cogí cierta manía, no me gustaba verle, por eso, el momento de la separación fue maravilloso, me quité un peso de encima porque es realmente desagradable vivir con una persona a la que no se le quiere.
Conozco parejas que da gusto verles, por ejemplo mi hermano Gabriel y su esposa Totola son maravillosos, se les nota que están encantados y que cada uno es muy importante para el otro, parece que ellos están en el secreto de lo que se debe hacer para que después de muchos años una pareja siga funcionando con amor del bueno.
Yo tuve una experiencia tan desagradable en mi matrimonio que se me quitaron las ganas de repetir, nunca jamás pensé en volverme a casar, había perdido la confianza.
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