miércoles, 27 de julio de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS CUARENTA

 




Desde que he descubierto que Amazon deja leer gratis unos cuantos libros, he cogido una especie de vicio de leer libros antiguos que ni siquiera sé si me interesan pero me entretienen y eso les otorga cierto valor, aunque no me queda más remedio que reconocer que cuando elijo yo misma los libros que quiero leer me resultan más interesantes.

Antes de casarme era una lectora empedernida, adquirí el vicio en Francia con la colección Livres de poche, tenía muchísimos y todos me encantaban pero al tener un marido, una casa y tres hijos, no me quedó más remedio que reconocer que mi tiempo no me pertenecía, aún así en cuanto pude empecé a estudiar Bellas Artes y en ese tiempo más que leer me dedicaba a ver exposiciones, museos y cine antiguo. 

Hace uno años cuando me apunté al taller de Escritura volví otra vez a la lectura y entre las dos cosas he pasado los últimos años a los que he añadido las series y las películas, así que no puedo decir que me falte entretenimiento.

Los dispositivos digitales me ayudan a estar siempre conectada, el wifi es una maravilla y la dificultad para moverme hace que aproveche la situación.

Algunos días estoy más inspirada que otros y respecto al diario, hice promesa de no hablar de mis hijos lo cual hace que por lo menos no se enfaden conmigo paro hay días en que casi me arrepiento de esa promesa, porque viviendo con ellos, mucho de lo que sucede en mi vida está relacionado con ellos.





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