sábado, 16 de julio de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS TREINTA Y SEIS

 




Considero la comunicación como la herramienta imprescindible para enriquecer nuestras vidas, no es fácil para las personas que no ban nacido con ese don que está íntimamente ligado a la generosidad.

Jorge Oteiza decía que hay personas que son como frontones, se refería a los que dan una respuesta inmediata cuando se les habla, justo como los frontones cuando reciben la pelota, mientras que otras son como colchones, dejan que le pelota se empotre y se quede ahí para la eternidad, todo lo que no se hace en el momento pierde la fuerza o el interés.

Adoro a las personas que son capaces de mantener una conversación interesante en la que se dan a conocer y con las que se puede entablar un vínculo que al principio es un misterio porque no sabemos a donde nos puede llevar.

Hablar por hablar no sirve para nada excepto para hacer que la amabilidad se trasmita como con la cajera del supermercado que suele estar aburrida cuando hay poca gente y se nota que con un par de comentarios aunque sean sobre el tiempo, le puedes animar una mañana de calor insoportable en la que la gente ha ido a la playa.

La verdad es que yo intento ser amable y noto la diferencia con la gente de las tiendas, que ya me han ido viendo a lo largo de la vida y aprecio la sonrisa con la que me reciben.

Yo quiero que mi vida sea agradable y sé que para conseguirlo debo de ser consciente de que vivimos en comunidad con todas las ventajas que conlleva.

Yo vivo en un pueblo pequeño y casi siempre voy a las mismas tiendas por lo que a  lo largo de los años nos hemos visto las caras tantas veces que ya nos saludamos como conocidos que somos.

Doy gran importancia a la simpatía, me consta que hay personas tímidas que tienen dificultas para comportarse con naturalidad, no es mi caso, por lo que suelo intentar ser amable.





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