miércoles, 2 de febrero de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS SIETE









He visto una de las películas más bellas de toda mi vida, se llama "La vida de Seymour" y trata del piano, el instrumento que más me emociona después de la voz humana.
He pasado un buen rato en un lugar del cielo que pocas veces frecuento, he sido muy dichosa.
Todo ea bonito en esta película, no solo la música que por sí sola merece un sobresaliente, sino por la maravillosa vida de Seymour Bersntein, no solo dedicada al piano sino a formar a pianistas extraordinarios y a enseñarnos a todos la necesidad y la importancia de la práctica.
Reconozco que todavía estoy emocionada.
Por un lado me encantaría tener acceso cada día a un espectáculo de tanta categoría, no obstante recuerdo que mi gran amiga Dorita Castresana, de la misma manera que me enseñó a tomar té Mu en ocasiones especiales porque según ella es una ceremonia, también las ermitas para rezar se construyen en lugares aislados de las montañas, así como los monasterios, sin tener en cuenta la religión, solo con la intención de entrar en contacto con lo divino, con eso que según Seymour está dentro de cada uno.
Ha sido un gran regalo encontrar esta obra magnífica en Filmin con un título aparentemente simple y sin embargo he pasado ochenta y cuatro minutos muy especiales, un verdadero regalo del cielo.







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