jueves, 17 de febrero de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS VEINTE

 





He empezado a ver la famosa serie sobre Anna la impostora en Nueva York ¿Quién es Anna? En Netflix.

Lo que más me divierte es lo diferente que se juzga a la gente en América.

Ya lo descubrí cuando viví en Los Ángeles e iba a la Pepperdine University ¡qué diferencia con Europa! y sobre todo con la decadente España.

En USA cuando una persona consigue una beca de estudios se le admira y cuando es capaz de estudiar y trabajar al mismo tiempo se le admira más todavía.

En España todas esas cosas se juzgan de diferente manera.

Aquí no saber nada está bastante bien visto, si sabes demasiado se te considera una repipi.

Tal vez ese tipo de cosas es lo que más me divierte de la serie, presumir de tener barcos grandes que en general son alquilados y veranear en Ibiza, viajar en jets privados y pedir que te traigan la cena del mejor restaurante de Barcelona y que te reciba Jean Paul Gautier en su estudio, ese tipo de cosas.

También se da importancia a comprar cuadros caros, los coleccionistas suelen tener un asesor y así consiguen una colección que no tiene ni pies ni cabeza porque cambian el asesor y se nota que los cuadros están elegidos sin tener ni idea del concepto.

Tengo una amiga que durante una temporada asesoraba a los Thyssen sobre los cuadros que debían comprar.

Cuando fui al museo Thyssen me aburrí muchísimo, era decimonónico, no sé si mi amiga tendría la culpa, nunca lo he comentado con ella, por si acaso, tenemos gustos diferentes.

Una vez fui a una peluquería de Bilbao que se supone que es buenísima y la dueña, solo trabajaba ella, me contó que tenía una clienta que vivía en Miami y venía a Bilbao para hacerse las mechas en su peluquería, me cuesta creerlo.








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