Ya he tomado la decisión del libro que voy a publicar en Amazon ayudada por Ana Nieto Churruca y su equipo Triunfa con tu libro, he dado tantas vueltas al tema que tengo la cabeza como si me estuviera mareando, creo que como buena bruja, en el momento preciso he visto lo que tenía que hacer.
Empecé a leer mi libro "El esfuerzo precede a la satisfacción" y mantuvo tanto el interés que no lo dejé hasta que se me cerraban los ojos del sueño así que hoy, al despertarme he seguido leyendo y casi lo he terminado, estoy intrigada para ver cómo ser resuelve el final, que suele ser lo más conflictivo.
Lo bueno es que me he dado cuenta de que es un libro con sustancia, que cuenta una historia de no ficción que ayuda a quien lo lea, tanto si tiene problemas de adicción como si quiere saber de qué se trata ese tema que tanto nos perjudica a casi todos hoy en día, tanto a niños como a mayores en muchos y diversos campos.
Reconozco que me ha gustado, me ha interesado y aunque tengo que corregir algunas erratas, la parte más importante está correcta.
Que soy escueta es un hecho, no sé si irremediable o corregible pero me aburro tanto con las descripciones cuando se expanden en los libros que leo, que me mantengo a raya, bastante me explayo cuando hablo, por lo menos cuando escribo me atengo a la frase del escritor y profesor Juan Bas: Escribir es abreviar (sic)
He mejorado mucho en las comas, la verdad es que creo que voy a tener que eliminar o cambiar todas las comas, los signos ortográficos es un tema en el que trabajé bastante en las clases de escritura.
Así que ya solo me falta corregir el libro, no creo que demasiado, pasarlo a Word, encargar maquetación, corrección y todas esas cosillas que me las hacen los de Triunfa con tu libro y adelante, lo importante y definitivo ha sido tomar la decisión y sentirme satisfecha de mi trabajo.
Es un libro fuerte, duro y creo que necesario para las personas que han pasado por esos trances y para las demás también, porque es saludable saber los problemas que atravesamos algunas personas, nos hace más humanos y como decía Publio Terencio Africano: "Nada humano me es ajeno".
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