domingo, 26 de septiembre de 2021

CUATRO MIL CUATROCIENTOS DOS

 




He visto un documental que me ha encantado "Dior y yo" y me ha hecho recordar la temporada en la que Pizca fue directora de Saint Laurent en Bilbao, presentó un desfile en el hotel Carlton y hasta yo, que no había tenido ninguna relación con la alta costura me di cuenta de que lo hizo sensacional y de que sabe más de moda que cualquier persona que se hubiera dedicado toda su vida a ese mundo.

Recuerdo que una temporada en la que hubo rebajas, Pizca me avisó y aunque al principio me sentí desorientada en ese ambiente al que no estaba acostumbrada, asesorada por ella me compré una cuantas piezas que estuvieron en mi armario hasta que me cambié de casa, es lo bueno que tiene la ropa buena, ni se pasa de moda, ni deja de sentar bien.

Luego tuve otra época en que me compré algunas piezas de Kenzo en París, cuando hice la primera exposición en Madrid y vendí casi todo, tuve suerte porque Prem Rawat dio una conferencia y aproveché para vestirme con cierta alegría, nunca me ha sobrado el dinero para gastarlo alegremente, no obstante la ocasión y yo nos lo merecíamos.

Casi podría asegurar que esa han sido las únicas ocasiones en las que me he gastado el dinero en ropa, además de alguna que otra vez en las rebajas de Persuade que es la mejor tienda de Bilbao, me he sentido cómoda con "Comme des garçons", era una de mis firmas favoritas.

Desde énonces creo que ya dejé de ir a fiestas e inauguraciones y ahora me visto en Zara y poco, porque los planes que hago no requieren glamour y ni siquiera me maquillo, además ahora recuerdo de durante los años anteriores a la leucemia tenía sobrepeso y se me quitó la ilusión de vestirme, solo me compraba ropa negra para disimular la gordura, la detestaba y por otro lado me encantaba comer.

Mi problema con la comida y los kilos empezó cuando dejé de fumar a los cuarenta y cinco años, el médico naturista que me ayudó en la menopausia me dijo que era imprescindible que dejara de fumar, porque la danza de las hormonas podía complicarme la existencia.

Me parecía imposible dejar de fumar porque estaba acostumbrada a estar siempre con un cigarro en la mano, en aquella época todavía dejaban fumar en los aviones, todo el mundo fumaba y fue precisamente en un avión volviendo de un evento de Brighton donde conocí a Antonio Moraga que había aprendido PNL*en la universidad de Pune, India y me garantizó que con su ayuda podría dejar de fumar sin esfuerzo, lo único que tuve que hacer fue ir a Madrid y desde entonces nunca he tenido ganas de fumar, no solo yo, sino todas las personas a las que les he recomendado.



*Programación Neurolingüística



No hay comentarios:

Publicar un comentario