No están siendo días fáciles para mi porque tener que ir a los médicos, hospitales y ambulatorios no es el plan que más me apetece, no obstante no me quejo porque lo estoy haciendo y no me encuentro mal, eso sí sería desagradable pero no es así, me encuentro fuerte lo cual significa que estoy mucho mejor, que la leucemia ya ha pasado y lo que tengo ahora es algo menor a lo que no le dan demasiado importancia y no me causa dolor, solo ligeras molestias.
Lo que reconozco por encima de todo es que el hospital de Cruces es muy bueno, no escatiman en recursos ni en excelentes profesionales ni en hacer todas las pruebas que consideren oportunas.
Parecía que el tumor que tengo es de una clase determinada de la que no puedo decir nada porque soy una ignorante en asuntos tumorales, sin embargo puedo decir sin temor a equivocarme que el trato que me han dado hoy en las consultas maxilo faciales, tanto las cirujanas como las enfermeras ha sido excelente.
Tienen tanta práctica y ven tanta gente cada día que aciertan a la primera y además se atreven con todo.
Todas eran mujeres muy espabiladas, atrevidas y con unos deditos delgaditos que se mueven dentro de mi boca con una agilidad que difícilmente he experimentado en la cantidad de hombres dentistas que me han tratado durante toda mi vida, que han sido muchos.
Yo ya he llegado un poco tarde a que el mundo esté dirigido por mujeres pero me alegra saber que mi nieta encontrará una vida más delicada que la que me encontré yo misma.
La delicadeza empieza a sentirse en un mundo que hasta ahora solo pertenecía a los hombres.
Es un verdadero placer que las personas que se ocupan de la salud sean mujeres, lo corroboro cada día que tengo la oportunidad de que se ocupen de mis problemas.
También agradezco muchísimo vivir en un país en el que existe Osakidetza, no sé como será la seguridad social en el resto de España, pero aseguro por experiencia propia que la del país de los vascos llamada Osakidetza es estupenda.
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