He visto la mitad de una película que se suponía que trataba de una concertista de piano, francesa y he pensado que me encantaría pero me he equivocado, ya que es una comedia que ha tenido mucho éxito en Francia, cuyo sentido del humor a veces es diferente al mío.
Resumiendo, la chica se queda embarazada sin desearlo y he recordado lo desagradable que me pareció todo lo referente a tener hijos excepto los hijos en sí, ya que la naturaleza puso en mí un amor y una ternura que desconocía, no obstante no solo tuve tres hijos seguidos sino que a los dos primeros incluso les di de mamar, algo que me pareció espantoso y que con el tercero me negué en rotundo, no digamos ya con el cuarto.
Recuerdo aquella época como algo infernal, me habían mentido, me mentían todos incluidas las monjas de la clínica donde di a luz a mis hijos, era la que me había recomendado mi hermana que tenía mucha experiencia y me daba consejos en asuntos que yo desconocía, es decir, los referentes a la maternidad y a todo lo que sucede en ese entorno.
Para mí todo era espantoso, todo menos los niñitos cuando estaban limpios y olían bien.
Ya me había asustado bastante con el embarazo del que no puedo quejarme porque aparte de la gordura no tuve demasiadas molestias, aunque pensándolo bien prefiero no seguir hablando de este tema.
Todo me decepcionó, el matrimonio, la maternidad, ser ama de casa y lo que conlleva.
No voy a seguir hablando de este tema, tengo tantas cosas bonitas que prefiero centrarme en el presente y sacar el néctar a cada segundo de mi vida de la que tengo la capacidad de disfrutar con todo lo que he aprendido a lo largo de mis setenta y cinco años de experiencia.
Ahora solo debo vivir el presente, llamado así porque es el regalo del creador.
Respecto a lo demás también es importante que esté tranquila porque el lunes tengo una cita con un dentista especialista en un asunto de encías, para que me haba una biopsia y decida si tengo un tumor benigno o maligno.
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