domingo, 11 de abril de 2021

CUATRO MIL DOSCIENTOS SETENTA Y DOS

 




He visto el documental de Parálisis Permanenete, corresponde a una época de mi vida en la que yo me paseaba por esos medio antros a los que en Madrid llamaban la movida, en Nueva York conocí a Carlos Berlanga, él vivía allí y su padre había ido a visitarle en el mismo viaje que yo, era cuando íbamos con Bocaccio de aquí para allá, nos divertíamos y conocíamos gente.

Ese día fumé el primer canuto de mi vida y creía que no me había enterado de nada pero Luis Berlanga me dijo que me reía más que otros días, que me había notado algo raro.

Me he acordado de una anécdota de Miles Davis, le habían invitado a cenar a una fiesta muy importante de gente muy rica y poco informada, hasta tal punto que la señora que estaba sentada a su lado casi no se atrevía ni a mirarle porque era negro, pero llegó un momento en que la curiosidad le pudo y le preguntó:

Perdone ¿quien es usted? 

Yo soy Miles Davis, usted es blanca y está casada con un hombre rico, lo adivino, por eso está sentada en esta mesa, yo soy negro y bastante más joven que usted, pero para estas alturas de la vida ya he cambiado el tipo de música más de cinco veces.

Esa fue la primera vez que fui a Nueva York y me afectó bastante, me hizo darme cuenta de que llevaba un peso en la espalda que era Europa y toda su historia, allí me liberé bastante, me sentí ligera, hay una atmósfera en el ambiente muy diferente de la que yo había vivido hasta que salí del continente.

Fue un viaje iniciático.






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