Si os preguntáis qué tal va el asunto de mi estafa estáis en la misma curiosidad que siento yo.
No he conseguido ponerme en contacto con el guardia civil con quien hablé ayer, a pesar de que ya he encontrado varias evidencias interesantes para comprobar la estafa.
Por más que lo intento no consigo que me pongan en contacto con él.
Mis ilusiones siguen en pie aunque sé que las expectativas son el camino de la decepción.
Quisiera poder decir que no me hago ilusiones pero mentiría, tengo esperanza de recuperar mi dinero, porque todo está bastante claro.
En Instagram hay varios abogados que se ofrecen para resolver este tipo de casos aún así me fío más de la guardia civil de Valladolid, por lo menos mientras me dure la alegría.
Instagram en sí es una estafa, se ve mucha mentira, no obstante, ayer, después de estar un buen rato mirando las publicaciones, llegué a la conclusión de que a pesar de que describen comportamientos de hombre y mujeres, ambos muy diferentes, estoy de acuerdo en casi todo.
Somos opuestos, no me explico como podemos llegar a entendernos.
Instagram es entretenido pero no es fiable, cada uno dice lo que quiere y algunos temas resultan aburridos.
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