lunes, 27 de junio de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS VEINTISEIS

 




Ayer dediqué mi día a formar un grupo de mis contactos al que mandar la promoción del libro.

Me ayudaron los del soporte técnico de Apple, la mayoría de los cuales son latinos, encantadores, amables y con una paciencia infinita, es un auténtico placer trabajar con ellos.

Cuando después de varias llamadas y errores conseguí que me saliera todo de manera fácil, me dediqué a pasar las direcciones de una en una al nuevo grupo y me sorprendieron varias cosas, pero las más profunda fue la cantidad de personas que se han muerto desde que tengo ordenador, muchas más de las que podía haber imaginado y eso que no cuentan las personas mayores de la familia.

Mientras esté viva quiero aprovechar la vida en toda su plenitud para lo cual necesito desarrollar la paciencia que es la que se opone a dejarme llevar por los nervios y con la que consigo hacer que lo que tengo entre manos resulte disfrutable.

Hoy estoy muy tranquila, trabajar me sienta bien y no solo me tranquiliza y me da paz sino que me centra, me pone en mi sitio, definitivamente es lo mío.

Siempre me ha gustado más el tiempo de trabajo que el ocio, nunca me he divertido sentada en una terraza perdiendo el tiempo hablando de tonterías, a no ser en un viaje en el que es necesario hacer tiempo hasta que llega el avión o algo similar.

Me gusta estar ocupada y que los asuntos vayan tomando forma, siento gran satisfacción, no voy a negar que también me gusta y me entretiene salir a comer con alguna persona cercana, pero la sensación de grupo que aparenta divertirse mucho, nunca me ha atraído.

Ahora parece que toda la diversión está centrada en las terrazas, no es mi caso, prefiero estar en casa con mis libros, mis ordenadores y ocupándome de los asuntos que tengo pendientes.

Tampoco me apetece hablar por teléfono, creo que mi voz agradece un descanso, he sido una charlatana, se ha producido un gran cambio en mi manera de ocupar el tiempo, no pongo en duda que la edad y las enfermedades han tenido que ver en ese cambio, lo bueno es que me encanta hacer la vida tranquila que se me ha presentado sin haberla buscado.

Si consiguiera que no me doliera tanto la rodilla podría decir que soy feliz.




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