martes, 4 de enero de 2022

CUATRO MIL CUATROCIENTOS OCHENTA Y UNO

 





Me ha costado bastante pero he conseguido que no me hagan ofertas e invitaciones desagradables en Instagram.

Al principio pensaba que sería algo parecido a Facebook y me metí a saco, me pegaba muchos sustos de diferentes estilos.

Me entraban mujeres medio desnudas ofreciéndome horas de inmenso placer, todas extranjeras, creo que pensaban que yo era un hombre, las bloqueaba y poco a poco dejaron de acosarme.

Al mismo tiempo y en menor cantidad me invitaban a comprar armas, me ofrecían préstamos de dinero con grandes ventajas, me invitaban a hacerme Iluminati alguna cosa más de ese estilo que he olvidado.

Hoy en día no tengo sustos ni sorpresas, el único problema con el que me encuentro es que no sé hacer reels ni stories, en realidad no tengo ni idea de hacer algo interesante en Instagram, las stories que hacen los demás están lejos de mis posibilidades tanto imaginativas como temáticas, así que me limito a publicar alguna foto de vez en cuando a través de la cual he conseguido tener más de tres mil followers en el tiempo que llevo utilizándolo  ya sé que es una miseria, lo malo es que no me veo con ganas de profundizar en ese tema.

Me siento más integrada en Facebook sin lugar a dudas aunque por motivos de confidencialidad no puedo ni debo revelar lo que me ha impulsado a dejar de seguir a bastantes amigos, me he quedado solo con los más cercanos.

Respecto a Twitter estoy más integrada y poco a poco aumentan mis followers aunque me tienen restringido el campo de las personas a las que yo sigo.

Las redes sociales representan una manera encantadora de socializar sin salir de casa lo cual resulta encantador en tiempos de pandemia, me comunico sin mascarilla y conozco mucha gente nueva, incluso tengo amigas bastante íntimas con quienes nunca he estado en la realidad.






No hay comentarios:

Publicar un comentario