miércoles, 7 de septiembre de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SETENTA Y UNO

 




Siempre tengo suerte, me pregunto por qué albergo dudas, parece que no me conozco a pesar de haber vivido toda mi vida conmigo, cuarenta y cinco años con Prem Rawat que es la persona que me enseña y ayuda a conocerme, gracias a quien en un instante he salido del pozo oscuro en el que me encontraba los últimos días, pensaba que había perdido la inspiración, había olvidado que la inspiración no se pierde, ella también necesita su tiempo para estar viva como yo necesito dormir para estar despierta al día siguiente.

Pues bien, ayer tuve la inmensa suerte de que empezaron a transmitir vía internet el evento con Prem Rawat que se está celebrando en Australia.

Vi una conferencia por la mañana y otra por la tarde y me acosté con la persona, me refiero a mí, que yo conocía y se me había escapado desde hace días o tal vez semanas, no lo sé, pero sé que cuando me encontré conmigo me sentí muy feliz, tranquila y sosegada, muy cansada porque la sacudida del despertar me hizo efecto y hoy me he despertado feliz, contenta, activa y en buena forma, ahora ya todo es cuestión de seguir dando un paso detrás de otro.

Pensar que tengo una semanita en la que podré ver dos eventos diarios me anima muchísimo, es el regalo que necesitaba, me pregunto cómo pude alejarme tanto de mi propio manantial, del que sale mi vida que no es más que mi propia respiración y eso que Prem Rawat habla claro cuando insiste en decir:

No dejes ninguna duda en tu mente.

Antes de que vinieran mis enfermedades, cistitis, roturas de pierna, leucemia y alguna más cuyo nombre no recuerdo, iba a Australia cuando Prem Rawat hacía eventos y era muy feliz, estar con Él me saca toda mi fuerza, renueva mi energía y me pone en mi sitio.

Aunque lleve mucho tiempo sin poder viajar, excepto los sitios cercanos, Londres, Madrid y Barcelona, he estado siempre en contacto con Él a través de internet y no me había descuidado hasta ahora, que creo que me he dejado llevar por los horrores del mes de agosto que tan poco me gustan.

A juzgar por el cansancio que supuso mi despertar ayer, tengo la sensación de que tenía los trozos de mi ser diseminados y tuve que hacer un esfuerzo extraordinario para que volvieran cada uno a su sitio, al que le corresponde para trabajar en equipo como un sola pieza que es lo que soy y a través de la respiración se fueron juntando y por fin descansé.

Ya estoy centrada, no tengo miedo, seguiré viviendo con Prem Rawat, siempre muy cerca de Él con la práctica de lo que Él me enseña y agradeciéndola.






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