jueves, 8 de septiembre de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SETENTA Y DOS

 




Tengo la sensación de estar en Australia con todos mis compañeros escuchando a Prem Rawat directamente dos veces al día, tengo ganas de ponerme mi Akubra del que tan orgullosa me sentía, como esos aficionados a la ópera que se visten de largo cuando anuncian una ópera de Verdi en la televisión.

Lo bueno de estar en un evento de cinco días es que no te queda escapatoria, mi cabeza está centrada en lo que de verdad me interesa y lo único que necesito es sentirme cómoda, no tener frío ni calor y escuchar.

Debido a las secuelas de la leucemia mi inglés está flojo, a Prem Rawat le entiendo casi todo, me cuestan más los demás con sus acentos diversos pero creo que al paso que voy podré escuchar más veces las conferencias y poco a poco me irá entrando y en este curso intensivo se despertarán muchas cosas que parecen dormidas, Prem Rawat es una bomba muy sutil que hace su efecto.

El evento que he visto hoy trataba de un programa especial que se llama PEP (Programa de Educación para La Paz), es precioso y se está llevando a cabo en muchas ciudades de todo el mundo, me gustaría participar, estoy tratando de que me expliquen lo que tengo que hacer, yo lo he hecho varias veces y siempre he aprendido algo nuevo e interesante, me encantaría pertenecer a un grupo que lo lleve y así poder aprender yo también.







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