Ha terminado mi semana australiana y ahora me encuentro como nueva, todo me sorprende porque no recuerdo donde lo dejé.
Ha sido un cursillo de autoconocimiento maravilloso, muy profundo y eficiente ¡que necesario es conocerse!
¿De qué te sirve ganar el mundo, si al final pierdes tu alma? — Ignacio de Loyola
Eso me lo enseñaban en el colegio desde que era bien pequeña y se me quedó grabado, lo pienso a menudo, en realidad mi alma es la que tiene valor porque es de lo que estoy hecha, soy una mujer hecha de alma y me gusta recordarlo, todo lo demás empieza y acaba, no obstante mi alma es real, estuvo antes de que yo naciera, la tengo y la disfruto mientras estoy viva y seguirá existiendo cuando abandone mi cuerpo.
Me satisface ser consciente de lo importante, hay demasiadas distracciones en este mundo y no todas ayudan a disfrutar de la vida, yo no quiero pasarlo mal, ya sé que lo que empieza termina y que debo aceptar lo que viene porque todo está hecho para mi, Dios me cuida, es mi experiencia, y siempre me cuida bien.
No tengo más que centrarme en la respiración, por ahí viene la vida, es tan poderosa que hasta es capaz de vencer a la muerte.
Descansar en la respiración es mi entretenimiento favorito.
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