martes, 6 de septiembre de 2022

CUATRO MIL SEISCIENTOS SETENTA

 




De todos los que he conectado para ver si encuentro a alguien que me pueda dar clase de escritura, el que más me apetece y le estoy esperando, es Jesus Ferrero, dice que encontraré su anuncio en Instagram pero me parece una manera demasiado en el aire, aun así, de momento le espero, es el que más me apetece a pesar de que no parece que publique sus libros en digital.

He leído lo que cuenta de sus encuentros con Leopoldo Panero en París y en Madrid y creo que casi prefiero no interesarme tanto por Panero, me asusta.

Me siento débil para tratar con monstruos de inteligencia.

Conocí a una chica que estaba haciendo su tesis sobre Leopoldo y de vez en cuando le visitaba en el psiquiátrico que le tocaba en aquella época y me dijo que tenía sobredosis de inteligencia. 

Lo que cuenta Ferrero también es especial, me siento lejos, yo no puedo presumir de nada, cada día me siento más floja, no sé lo que me pasa, el doctor Jaime Oraa que se supone que me va a ayudar con la rodilla no da señales de vida, yo creo que estoy cansada de las enfermedades, he tenido demasiadas en pocos años, todas seguidas y sin descanso.

Si por lo menos me sintiera inspirada para escribir lo llevaría mucho mejor pero no es el caso, estoy atrofiada.






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