viernes, 7 de agosto de 2020

CUATRO MIL OCHENTA Y CUATRO









Hace varios días que no escribo porque pienso y eso no me gusta, prefiero hacer las dos cosas, no quiero que pensar demasiado interrumpa mi escritura, así que voy a hablar de mi pensamiento.
Se trata de que tengo la sensación de que llevo doble vida lo cual puede estar cerca de la hipocresía aunque en la escritura todo está permitido, sobre todo porque yo no me he comprometido a decir la verdad, toda la verdad ni nada que se le parezca sino que por el contrario, tengo derecho a escribir lo que me da la gana teniendo en cuenta que hoy en día las autobiografías, por lo menos según los franceses, son autoficción.
Hace tiempo mi hijo Jaime me dijo que parecía que quería hacer proselitismo de Prem Rawat y me afectó tanto que dejé de hablar de Prem a pesar de que es la persona más importante de mi vida.
Cuando tengo la sensación de que llevo mucho tiempo sin hablar de ese tema que envuelve mi vida es cuando siento que escondo algo, ya que en alguna medida influye en casi todo lo que hago, digo o pienso.
Eso ha sido lo que me ha mantenido sin escribir varios días y no es bueno, prefiero escribir todos los días aunque no tenga nada realmente interesante, me ordena las ideas y además me centra.
Cuando todavía había clase de Escritura me sentía más inspirada y daba más importancia a la parte literaria de mis textos pero ahora que me he quedado sola, me cuesta poner empeño en escribir bien, estoy deseando que vuelva mi profesor o, por lo menos encontrar ayuda online, algo que me centre en que mi escritura mejore, no puedo hacerlo sola, necesito ayuda, no soy autodidacta.







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