martes, 20 de agosto de 2024

SEIS MIL NOVENTA Y SIETE

 




He comido en el golf de La Galea con mi hermano Javier y algunos sobrinos, todo era casi nuevo para mí ya que dejé de jugar al golf hace muchos años, cuando me di cuenta de que era demasiado difícil, me gustaba más jugar a la pala en el frontón, no exige tanta concentración.

No me gusta darme por vencida cuando algo no se me da bien, no obstante tampoco me obsesiono con lo que no es estrictamente necesario, me pasó con el Euskera, me empeñé en aprenderlo y estuve yendo a un Euskaltegi todos las tardes durante un curso de cuatro a seis, creo y al año siguiente, cuado llegó el momento de matricularme, decidí que no estaba dispuesta a dedicar mis tardes a un idioma muy bonito, que no tenía donde practicarlo, prefería dedicarlas al inglés que es más práctico. 

También me empeñé en aprender a cantar, la profesora me dijo:

No serás la Callas pero cantarás (sic)

Lo intenté pero estaba claro que no tenía talento.

Resumiendo, una vida con bastantes fracasos y un triunfo ineludible: El conocimiento, por fin encontré lo mío, el propósito de mi vida, conocerme, me hace feliz y está dentro de mí.





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