jueves, 19 de agosto de 2021

CUATRO MIL TRESCIENTOS SETENTA

 





Desde que Pizca está en Bilbao me siento un poco disipada, bien porque salgo con ella o porque hablamos por teléfono largo y tendido.

Tener una buena amiga que puede dedicarme su tiempo y con quién me entiendo, es algo especial y reconozco que no pierdo la oportunidad, a pesar de que algunos días deje de escribir, me compensa. 

Ayer salí por primera vez desde hace mucho tiempo.

Había quedado con mi sobrina Inés en el bar de Zampa, el nuevo que está en Las Arenas y a los que me llamaban por teléfono les conté el plan que tenía, así que poco a poco fueron apareciendo y pasé un rato encantador, llegué a casa a las nueve y cuarto que para mi es algo extraordinario, muy contenta y pensando que el pensamiento que tenía de que sin beber me aburriría en los bares es algo que depende, ya que lo pasé muy bien, por lo menos he perdido el miedo.

Creo que se puede hacer de todo en la vida, cada cosa en su momento y aunque los días se pueden hacer cortos, no se trata de pedir peras al olmo, sino de cultivar la paciencia.

A veces pierdo el tiempo viendo la televisión, no obstante me entretiene mientras como, no me gusta estar en la cocina, prefiero el salón.

He visto El Cover, me ha cansado pero quería ver todas las escenas en las que sale Jorge Calvo y ha valido la pena, es una actor que llena la pantalla aunque su presencia sea breve.

Ahora estoy cansada, deseando irme a la cama, mañana será otro día.






No hay comentarios:

Publicar un comentario