martes, 15 de diciembre de 2015

Capítulo 14_ Encuentro con los Artiach









De una manera suave y casi sin que se notase, se empezó a comentar en Bilbao, que un chico muy guapo, nuevo y misterioso, se había introducido en la ciudad.
A medida que hacía las inevitables gestiones para poner en orden sus asuntos, Gari entraba en los bares próximos a los bancos y las oficinas, para ver donde se sentía cómodo.
Pronto se dio cuenta, de que en Bilbao hay varios ambientes muy definidos.
Pero lo que realmente le apetecía era ir hasta Sopelana a coger olas.
Allí se encontraba con surferos de los buenos, a los que conocía de los campeonatos.
Le hizo mucha ilusión encontrarse con Jaime Artiach, con quien había coincidido en el Surfcamp de Bali, en varias ocasiones.
Jaime Artiach era un maestro de golf que había dejado la alta competición, para vivir tranquilamente, dando clases en Mallorca.
Tenía por costumbre pasar los meses de invierno en Bali y le contó, que ahora también se dedicaba a escribir.
Ya había publicado tres libros y pensaba empezar con el cuarto en cuanto llegara a Bali, a donde iría dentro de unas semanas.
Jaime y Gari tenían en común, aparte del surf, que ambos habían nacido en Bilbao donde vivían sus familias.
Jaime estaba pasando una temporada en su casa de Getxo con su madre y su hermana, que también cogía olas y era profesora de golf.
Le presentó a su hermana mientras estaban sentados en la tabla esperando las olas.
Gari quedó impresionado al ver cuerpo de Beatriz y la fuerza que demostraba cuando cogió la primera ola.
Llegó de pie casi hasta la orilla, cimbreándose como una valkiria.
Así es como llaman a las chicas surfistas en Biarritz: valkirias.
A la gente de este lado les parece cursi.

Gari quiso saber algo sobre ella, así que sin cortarse un pelo, le preguntó a Jaime:

¿Está casada tu hermana?

A lo que Jaime respondió tan tranquilo:

No ¡quevá! no creo que tenga interés en cambiar de vida.
Hace siempre lo que le da la gana y dedica casi todo su tiempo al deporte.

Gari insistió:

¿Hace más deportes además de coger olas?

Jaime es una persona que no tiene prejuicios y suele decir la verdad sin tapujos:

Si, es profesional de golf, da clases en la escuela de Celles, en Derio y juega en la Galea siempre que puede.
Además, de lunes a viernes va al gimnasio a las ocho de la mañana.

Gari estaba impresionado.
Bien es cierto que las chicas francesas se cuidan y hacen deporte, pero no conocía a ninguna que dedicara tantas horas al ejercicio físico.
Al salir del agua, Gari propuso a los hermanos Artiach tomar algo.
Aceptaron encantados y le llevaron a “La Triangu” que es un bareto encantador que está al lado de la playa.
Pidieron unas cervezas y se sentaron en una mesita.
Jaime tiene la facultad de hacer que la gente se siente a gusto y en seguida le hizo saber a Beatriz, que conocía a Gari de Bali.
Beatriz también ha estado muchas veces en Bali, pero no recuerda haber coincidido con Gari.
El tema de conversación, como no podía ser de otra manera, se centró en el surf y en Bali.
Descubrieron que tenían amigos en común y lo que resultó más que evidente, es que estaban enamorados de las olas.
Pronto dejaron caer que ninguno de los tres estaba dispuesto a perder un átomo de libertad, por mucho que el amor apareciera en sus vidas.
Gari era más joven que los Artiach y por su parte, había llegado a la misma conclusión.
Jaime confesó que nunca había querido tener hijos, y que cuando su hermano Carlos se ahogó en  la playa de Barrika mientras nadaba con él, fue tan duro lo que sintió, además de ver a su madre destrozada, que su decisión se hizo irrevocable.
Beatriz no se definió, se notaba que no era tan abierta como su hermano, pero tampoco les llevó la contraria.
Se sintieron a gusto juntos.
Con la siguiente cerveza tomaron unas deliciosas hamburguesas, que tienen la facultad de satisfacer a los surfers cuando salen del agua.
Gari les habló de Francia, donde las playas son paradisíacas y él sabe donde están las mejores olas para los distintos niveles.
Les puso los dientes largos y les invitó a pasar unos días en su ático de Bidarte en cuánto llegara la ocasión.
De momento quedaron en verse en Sopelana.
Gari estaba feliz de haberse encontrado con Jaime.
Beatriz le pareció demasiado difícil como para plantearse algo más que no fuera coger olas con ella.
Por su parte, los Artiach comentaron al volver a su casa en el coche, que era estupendo haber conocido a Gari que, además de ser un surfer profesional, podía enseñarles las playas de Francia a las que nunca habían ido.


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