lunes, 22 de junio de 2015

Un soplo de aire americano






Vivir en California supuso para mi una apertura importante para mi estrecha mente europea.
En lucha permanente entre la restricción de impronta que me incrustaron cuando nací y mi propia naturaleza que deseaba expandir sus miras, encontré exactamente lo que me convenía.
Había recibido una invitación para hacer voluntariado y me gustó la idea.
Pensé que siete semanas sería el tiempo perfecto para hacer algo interesante.
Alquilé una habitación encantadora en un motel cercano a la playa. 
La cambié por algo de dinero y una cera de la fachada que pinté allí mismo en los ratos libres.
Les había enseñado mi portfolio cuando llegué y les había gustado mi trabajo.
Me tomé unos días de descanso para situarme y en seguida empecé a participar en el proyecto. 
Me resultaba fácil sentirme cómoda en Los Ángeles.
Viniendo de Europa donde todo es tan complicado, América resulta fácil y encantador.
Los americanos no son sofisticados, son simplemente prácticos.
Me sentía como pez en el agua.

Al poco de llegar conocí a una terapeuta, Carol Sher, que liberaba bloqueos en poquísimo tiempo.
Le pedí una cita.
No necesité demasiadas explicaciones para saber que lo que ella hacía iba a ser bueno para mi.
Me tumbé en una camilla.
Carol investigaba mi cuerpo poco a poco, al tiempo que me hacía preguntas.
Cuando consideraba que había un atasco, explotaba un globo.
Entre el ruido de la explosión y el susto que me pegaba, salí de su casa como nueva.
De esa manera deshacía todos los bloqueos.
Al despertarme al día siguiente noté todo mi cuerpo dolorido, como si hubiera estado escayolada toda mi vida y como que al quitarme el yeso, mi cuerpo tuviera que empezar a moverse desde cero.
Era algo tangible.
Podría decir que ese fue el comienzo de mi aventura americana, ya que decidí quedarme mas tiempo del previsto.
Tomé la determinación de seguir allí indefinidamente.
Me compré un Ford Granada del 79 por 750 dólares.
Un coche era imprescindible.
Me sentía demasiado feliz como para cortar por lo sano.

Alquilé lo que los mejicanos llaman una traila que es una casa ambulante instalada en el jardín de los propietarios.
Era estupenda y además de disponer de un jardincito tenía una playa privada a la que accedía a través de un camino salvaje, desde el que se oía el tintineo de las serpientes cascabel.
En aquellos días todavía no me había cruzado con ninguna y desconocía el peligro que corría.
Mas tarde cambié mi pensamiento respecto a las cascabel y las otras.
A medida que pasaba el tiempo me iba encontrando cada día mejor y mas integrada.
A veces me preguntaban:

Blanca ¿cuando vas a volver a España?

Y yo respondía sin pensarlo:

Nunca

Y eso era lo que realmente sentía.
Tardé mucho tiempo en cambiar de opinión.
A medida que pasaba el tiempo empecé a sentir la necesidad de trabajar en mi producción artística y es entonces cuando comprobé la influencia que la vida en California supuso para mi.
Es evidente en el manifiesto de artista que escribí:


My life and my artwork are in such harmony that it is impossible to separate one from the other. Sometimes I know about my life through my paintings, and vice versa.
The force of my life pushes me with such strength that I often need to invent new techniques in order to accomplish the requirements of my entelechy.
Such is the case of my recent series of mixed media artwork called "Stapling," because of the constant use of this tool.
My new life in California, my adjustment to this culture and free way of living - the rhythm, the pace - so fast - invite me to take a new step in expressing myself. The result is this new series of paintings related to the American quilt, as a way of approximation and adaptation to the American Heritage.
Here I am, trying to discover my own shadow under the California sun.

My vida y mi trabajo artístico están en tal armonía que es imposible separarlos.
A veces sé de mi vida a través de mis pinturas y viceversa.
La fuerza de la vida me empuja con tanta firmeza que a menudo tengo que inventar nuevas técnicas para llevar a cabo lo que requiere mi entelequia.
Este es el caso de mi reciente serie llamada Grapeando por el constante uso de este instrumento (grapadora).
Mi nueva vida en California, mi adaptación a esta cultura y a su manera de vivir en libertad  _el ritmo tan rápido_, me invitan a dar un paso en mi manera de expresarme.
El resultado es esta nueva serie de piezas relacionadas con la famosa “manta de patchwork”, como un modo de aproximación y adaptación al legado americano.

Aquí estoy, tratando de descubrir mi sombra bajo el sol de California.

No hay comentarios:

Publicar un comentario