Ayer celebró su cumpleaños mi sobrino Manolo con quien me une gran acariño porque su padre y yo éramos íntimos, a él le mataron de un tiro en la espalda en la carretera de Erandio y su hijo que se quedó destrozado, todavía no se ha recuperado.
NO es que yo me encontrara muy bien ayer pero hice un esfuerzo y me arreglé un poco para ir a la cita que tenía a las 19:30 en el Faro, el antiguo Caracas.
Allí estaba Manolo con sus amigos, entre ellos un guardia civil, era la primera vez en mi vida que conocía a un guarda civil de paisano y supongo que de todo porque no recuerdo que me hayan parado nunca.
Me gustaron mucho sus amigos, luego empezó a llegar gente de todos los estilos y ya me marché porque todo me cansa.
Llegué a casa contenta, me sienta bien salir de vez en cuando y ver gente, me distrae y me alegra la vida.
Hablé con Pizca un buen rato y me acosté.
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