Me ha impresionado ver a Vargas Llosa tan viejo, hasta ahora se conservaba a pesar de sus ochenta y seis años pero este evento ha sido excesivo para él y me ha gustado ver al emérito que a pesar de sus achaques sigue al pie del cañón viajando en avión que es algo realmente agotador con tal de pisar tierra europea, la suya, la que le corresponde.
He intentado leer el discurso del "inmortal" pero me ha costado, excepto cuando habla de su amor a la literatura francesa, que comparto.
El discurso era muy pesado, duraba más de una hora y mucha gente se dormía, entre otros su esposa, la madre de sus hijos.
Cuentan que a él le hubiera gustado que Isabel Preysler estuviera allí.
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