lunes, 21 de octubre de 2019

DOS MIL NOVECIENTOS CUARENTA Y SEIS










He cambiado tanto desde que me diagnosticaron la leucemia que a veces no me reconozco.
Lo que más me sorprende es lo relacionado con la cabeza.
Me cuesta discurrir, he perdido memoria y me canso en seguida cuando veo una película o leo un libro.
Espero y deseo que estos síntomas sean pasajeros.
Respecto a los físicos, también noto que lo que al principio suponía un trastorno, como el cosquilleo en los pies o la sequedad general del cuerpo, a pesar de que sigue igual parece que me he acostumbrado y no le doy demasiada importancia. 
Pienso que todo pasará.
Me hablan de tantas personas que han pasado por lo mismo que yo y se encuentran en plena forma, incluso mejor que antes, que todo contribuye a elevar mi espíritu.
Recuerdo que yo estuve mucho tiempo sin encontrarme bien, estoy segura de que esta enfermedad no surgió de repente sino que estuvo incubándose durante mucho tiempo.









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