domingo, 20 de octubre de 2019

DOS MIL NOVECIENTOS CUARENTA Y CINCO










A pesar de que todavía y según el protocolo me faltan veinte sesiones de quimioterapia, cada día me encuentro mejor a excepción de la rodilla derecha, en la que ya tenía un problema antes de la leucemia y comentaban en el hospital que el arsénico produce dolor en las articulaciones.

Así es, lo experimento cada día, sobre todo ahora que ha empezado el otoño y la humedad se filtra en la casa a pesar de la calefacción.
Es una lástima porque si no fuera por esa aparente "menudencia" podría estar bastante bien.
Lo he comentado con mi hija Beatriz que es la que lleva la medicación y la que me acompañó en la primera consulta y me ha dicho que tenga paciencia, que de ese tema me encargaré después de Navidad.
Le haré caso porque mi cabeza todavía no discurre bien.








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