Ha sido una buena idea cambiar el título de mi trabajo, en lugar de llamarlo mi diario, ahora se llama Mis Memorias y entiendo que eso hace que mi cabeza trabaje de diferente manera, lo de ahora es más terapeútico y creativo.
Nomalmente para escribir mis diarios no me siento tan inspirada como me gustaría, la diferencia con mis memorias es que cualquier acción actual me trae a la memoria algo que sucedió hace tiempo y no lo había trabajado.
La serie que estoy viendo por pura casualidad, Nine perfect strangers, segundo episodio, sucede en los Alpes suizos, todo nieve y he recordado que hace muchos años, estando todavía casada con un marido que no era partidario de drogas excepto el alcohol, yo fumaba hachis y marihuana y eso a él no le hacía gracia, así que fue a casa de mis padres para quejarse de que yo estaba mal de la cabeza porque tomaba drogas.
Mis padres, asustadísimos, hicieron investigaciones para encontrar un arreglo para mi y llegaron a la conclusión de que el mejor psiquiatra de Europa era Ajuriagurra, que tenía su consulta y su clínica en Ginebra, así que mi padre, ni corto ni perezoso, decidió llevarme allí y encerrarme una temporada para tranquilizarme.
Supongo que para convencerme de que su plan era una buena idea, decidió alquilar un avión privado y llevarme a Ginebra junto con algunos de mis hermanos con sus correspondientes parejas.
Yo sabía que mi problema no eran las drogas sino mi matrimonio ya que yo no era feliz.
Tampoco estaba dispuesta a encerrarme un mes en un psiquiátrico, mi caso no era de ese estilo, así que cuando vinieron a buscarme aparecí con un Vuitton de fin de semana, estaba segura de que en una par de días estaría de vuelta en mi casa.
Efectivamente, así fue.
Ajuriaguerra era lacaniano y había sido amigo de un reconocido escritor francés que le había convencido de que los que nos drogamos solo buscamos tener una experiencia.
Me recomendó que dijera eso y que me viera Guimón al volver a Bilbao, así se hizo y como era de esperar, Guimón dijo que lo mejor sería separarme.
No todo fue fácil desde el principio, todo se puso difícil pero por lo menos me libré de un encierro en Bel Air que no me apetecía nada.
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