Ultimamente cuentan en la radio y la televisión que las chicas Berrocal están de moda por el reality que ha publicado Movistar plus y lo que más impresiona es que Viki ha hablado de las relaciones que ha tenido con sus novios y o maridos y ha causado gran impacto que no haya sido feliz totalmente con ninguno excepto con un portugués que le presentó Carmen Martínez Bordiu.
Llama bastante la atención que ni siquiera mencione al Cordobés que parecía un santo y a quien parece ser que no le ha hecho gracia ese comentario.
Cuento esto de una manera bastante superficial, no he tenido tiempo de profundizad en el tema, pero sí en mis propias relaciones de las que solo puedo decir que ni siquiera tengo un "portugués" del que pudiera hablar muy bien, esa es la pura verdad.
No fui feliz en mi matrimonio que duró diez largos años y del que tuve fuerza para salir gracias a la muerte de mi hijo pequeño.
Aquello fue tan fuerte que tambaleó todo mi ser y me hizo darme cuenta de que yo tenía derecho a salvarme.
De hecho, poco antes de que sucediera lo de mi hijo, yo estuve en la cárcel casi tres días, una semana contando con los días de comisaría y ahí tuve la gran revelación que transformó mi experiencia vital.
Hasta entonces pensaba que yo era parte de un todo que se componía de un marido y tres hijos, no obstante, en la frialdad de los barrotes de Basauri, experimenté que yo tenía vida propia y que lo que deseaba era estar en mi casa bien calentita.
Lo mismo sucedió cuando salí, ya no era parte de un todo, respiraba sola y sabía lo que quería y necesitaba en cada momento de mi vida.
Resultó ser la gran experiencia de mi vida.
No la olvido, la tengo presente siempre, en todo momento, en todo lugar y en cualquier circunstancia.
Es una de las grandes experiencias de mi vida que ha marcado un antes y un después, un hito fundamental.
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