viernes, 3 de mayo de 2024

SEIS MIL TREINTA Y CUATRO

 





Debido a mi dificultad para dormir bien desde que dejé el Orfidal, mi doctora de cabecera me va recetando diferentes medicinas pero no acierto con ninguna, no solo porque me hacen poco efecto, sino porque al leer el prospecto me asusto.

Alguien me dijo hace tiempo que no hay por qué hacer caso de lo que dicen los prospectos, pero algo en mi se rebela cuando lo que leo no corresponde a lo que yo estoy buscando.

Dejé el Orfidal porque no quería estar enganchada, lo hice sin consultar con nadie, craso error y me pasé nueve días sin dormir absolutamente nada, lo cual me creó unos efectos secundarios que todavía arrastro, sobre todo en los ojos, no sé si se me secaban o se me llenaban de lágrimas, era algo muy desagradable, ya ha pasado mucho tiempo y todavía tengo molestias.

Ya he probado tres pastillas diferentes y ninguna me hace efecto, me ayudan a dormir unas horitas, pocas, yo necesito ocho o nueve horas para encontrarme bien al día siguiente.

Mi doctora dice que las pastillas que estoy tomando no enganchan y yo me pregunto:

¿De qué me sirven si no me ayudan a dormir?

Definitivamente tengo que hacer algo contundente.

Recuerdo que hace muchos años, cuando tenía problemas para dormir me tomaba un Valium y me ayudaba.

Cuando tuve el cáncer el hematólogo me recetó las mismas pastillas que me daban en el hospital, me hacían muy poco efecto y cuando se lo comenté me dijo con toda naturalidad:

"Pues toma dos pastillas" 

Me pregunto cómo funcionan las personas que se enganchan, me parece muy desagradable, prefiero evitarlo a toda costa.

Tal vez me convenga volver a la Melatonina, por lo menos es más sana y no crea adicción.





No hay comentarios:

Publicar un comentario