viernes, 11 de noviembre de 2022

CUATRO MIL SETECIENTOS VEINTE

 




Ya me di cuenta cuando volví a casa después de la leucemia de que mi cabeza funcionaba de otra manera, o sea que había perdido mucha memoria, simplemente lo acepté y pensé que poco a poco iría recuperando lo fundamental, pero la verdad es que me falla muchísimo.

Ya tenía todo el plan preparado para ir con mi hermano Gabriel a Vitoria y de repente mientras trataba de dormir me di cuenta, no sé cómo, era una especie de intuición que me decía que no era ese día, así que me levanté, vine al ordenador, revisé todos los mails y efectivamente, me encontré que los días que tenía que ir a Vitoria eran el 15 y el 22 que caen en martes, así que le escribí a Gabriel, me disculpé y me dormí.

Supongo que Gabriel terminará harto porque estar con gente que no tiene bien la cabeza resulta muy pesado, pero me ha dicho que no me preocupe, tengo la suerte de que es encantador.









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