miércoles, 28 de diciembre de 2022

CUATRO MIL SETECIENTOS CINCUENTA Y UNO

 






Hace tiempo que intento encontrar un taller de escritura porque echo en falta escribir cada día un texto que tenga una estructura, pero por más que lo intento no encuentro nada que satisfaga mis necesidades, la primera y más importante que lo pueda hacer online.

Yo soy una persona con vocación de aprendiz, no me gustaba ser profesora cuando trabajaba en una academia de Las Arenas como profesora de dibujo y pintura, no obstante siempre que he ido como alumna a las clases de materias que me interesaban, lo he hecho con entusiasmo, elemento fundamental para cualquiera de las actividades que me interesan.

Cuando conocí el sánscrito, me cautivó de tal manera que no paré hasta encontrar un sacerdote en la universidad de Deusto que estaba dispuesto a enseñarme sánscrito en inglés.

Me encantó la descripción que hizo de la escritura, dijo que era como ropa tendida, como el hindi, eso lo aprendí más tarde, cuando empecé a estudiar hindi con unas casetes que me compré en Delhi, hice mi intento pero quedó en eso porque no tenía con quien practicar.

En aquella época vivía en Los Ángeles, ciudad que es conocida como ciudad laboratorio ya que allí puedes encontrar todo lo que necesites.





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