jueves, 31 de marzo de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CINCUENTA Y CUATRO

 





Echo de manos el taller de escritura del que me invitaron a marcharme, no es que fuera la maravilla del siglo pero me gustaba tener ese oportunidad de leer mis textos y me inspiraba a escribir, ahora no sé qué me pasa, no sé si he perdido la inspiración o si la vida tan tranquila que llevo me frena las ideas.

Por otro lado no tengo ganas de escribir ficción y contar mi diario no tiene nada de extraordinario, ya que está basado sobre todo en mi vida interior que se va agrandando a medida que profundizo y así como para mí cada día es más interesante y se convierte en algo misterioso que me sorprende y me asombra, tengo la sensación de que no seduce a los posibles lectores ya que es demasiado individual.

Todo es hermoso dentro de mí y la vida con Prem Rawat me ha enseñado lo mejor de la vida.

Incluso en el vocabulario de cada día descubro la belleza de la palabra.

Por ejemplo, en sánscrito la palabra Prem significa amor y yo que soy seguidora de Prem, soy una premie, es decir, la que ama el amor, amante.

Así es con todo, a todo le encuentro un significado real, cada respiración me trae lo que necesito y la considero lo mejor de mi vida. 

Eso es todo lo que me atrevo a decir de momento.








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