Ser mayor tiene ventajas que hacen que la vida merezca la pena aunque la salud no sea perfecta.
Doy mucha importancia a la salud, eso es indiscutible, pero la sabiduría es más importante, porque gracias a ella sé cómo utilizar la salud que tengo.
Antes de los sesenta años que es más o menos cuando empecé a tener problemas con la pierna rota y luego las cistitis y más tarde la leucemia, mi salud era exuberante hasta tal punto que no sabía qué hacer con tanta energía, casi me daba envidia la gente que tenia pereza o cansancio, yo era un terremoto.
Ahora que ando escasa de vitalidad aprovecho lo que tengo y soy mas feliz.
Agradezco lo que sé y lo utilizo de la mejor manera posible, no pierdo el tiempo y por otro lado conozco mis limitaciones.
Ha llegado un momento de mi vida en que a pesar de sentirme limitada, no me preocupa, puedo hacer lo que quiero y lo acepto.
Además voy viendo que la experiencia es un grado.
A veces las personas mayores solucionan los problemas de la vida de una manera sencilla y humilde que me encanta.
Yo estoy contenta, vivo en el día y confío, a pesar de las cosas que pasan, confío en que todo se vaya arreglando y doy gracias a Dios de lo bueno que tengo en la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario