miércoles, 16 de marzo de 2022

CUATRO MIL QUINIENTOS CUARENTA Y DOS

 





He leído, raro en mí, porque generalmente me limito a ver las fotos de Vanity Fair, revista que recibo sin haberla pedido, que la modelo Bella Hadid cuenta que se arrepiente de haberse operado la nariz cuando tenía trece años.

Me ha tocado porque es un tema del que mucha gente me ha preguntado por qué yo no lo he hecho.

Jamás he deseado operarme y cambiar mi nariz y eso que va creciendo a medida que pasan los años, siempre he pensado que tengo la cara que me corresponde y no le he dado más vueltas. 

No solo es una nariz de familia sino que no sé si os habéis fijado, pero es raro que los artista plásticos nos hagamos operaciones de estética, generalmente nos gustan los rostros tal y como son, los que corresponden al carácter de la persona.

A veces, sobre todo decoradores, me han dicho con toda naturalidad y sin ánimos de molestar que han estado mirándome fijamente pensando en lo bien que quedaría mi perfil si me quitara el caballete de la nariz, les escuchaba sonriendo y les daba las gracias.

Yo también lo he pensado algunas veces pero jamás he ido mas lejos.

Además de que mi sentido de la estética no me lo permite, tampoco me apetece meterme en un quirófano, es algo que trato de evitar a toda costa, solo lo he hecho cuando ha sido necesario.

Por otro lado ya he recibido la maquetación del libro, me la ha hecho con mucho cariño y le he dicho que ¡adelante! no me siento capaz de darle más vueltas a ese tema, estoy deseando que se publique y pensar en otra cosa.







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